viernes, 18 de enero de 2008

El Hombre, el adán, el esclavo, el hijo, el homosexual, el marido, el político, el sacerdote (Parte 5)


Un Hombre fue detenido, por obligar a su hijo a usar camiseta de los Packers (un equipo de futbol)

18 de Enero de 2008
PORTAGE, Wisconsin, EE.UU. (AP) - Luego que su hijo de 7 años no quiso ponerse una camiseta verde de los Packers de Green Bay durante el partido de postemporada que ganó ese equipo de fútbol estadounidense, un hombre mantuvo atado al menor con cinta adhesiva, y utilizó la misma para pegarle la prenda al cuerpo. Su esposa lo demando y encarcelaron el hombre.

El hijo
TODOS los padres tienen expectativas y, a través de ellas, destruyen a sus hijos. Tienes que liberarte de tus padres, del mismo modo que llega un día en el que el niño tiene que salir del vientre de la madre; de lo contrario, el vientre sería su muerte. Después de nueve meses, el niño tiene que salir del vientre, tiene que dejar a la madre. Por mucho que le duela y a pesar de que la madre se sienta vacía, el niño tiene que salir. Más adelante, en otra época de su vida, el niño tendrá que liberarse de las expectativas de los padres. Entonces, por primera vez, se volverá un ser por derecho propio, por cuenta propia. Entonces se valdrá por sí mismo. Será libre de verdad. Si los padres están despiertos, si son más comprensivos, ayudarán a sus hijos a que sean lo más libres posible, lo antes posible. No les condicionarán para que sean útiles; les ayudarán a ser amorosos.
Hay un mundo totalmente nuevo que está esperando a nacer, en el que la gente estará trabajando... El carpintero trabajará porque ama la madera. El profesor estará enseñando en la escuela porque le gusta enseñar. El zapatero seguirá haciendo zapatos porque le gusta hacer zapatos. Actualmente está sucediendo algo muy confuso. El zapatero hace de cirujano; el cirujano hace de zapatero. Ambos están enfadados. El carpintero hace de político; el político hace de carpintero. Ambos están enfada-dos. Toda la vida parece estar profundamente enfadada. Fíjate en la gente, todos parecen estar enfadados. Todo el mundo parece estar donde no le corresponde. Todos parecen unos inadaptados. Todo el mundo parece estar insatisfecho a causa del concepto de utilidad; no hace más que obsesionarles.
He oído contar una historia muy hermosa:


La señora Jiménez, que acababa de llegar al cielo, se dirigió tímidamente al ángel que hacía las inscripciones.
-Dígame, ¿sería posible tener una entrevista con alguien aquí en el cielo?
El ángel del registro le contestó:
-Por supuesto, suponiendo que esa persona esté en el cielo.
-Estoy segura de que está aquí -dijo la señora Jiménez-; en realidad, quiero ver a la Virgen María.
El ángel que hacía las inscripciones carraspeó:
-Ah, sí. Da la casualidad que está en otra sección, pero si insiste, entregaré su solicitud. Es una señora muy amable y tal vez quiera visitar su antiguo barrio.
Se presentó la solicitud y la Virgen estuvo muy atenta. No pasó mucho tiempo antes de que la señora Jiménez recibiera la visita de la Virgen. La señora Jiménez contempló durante un largo rato la figura radiante que tenía delante suyo y finalmente dijo:
-Por favor, perdone mi curiosidad, pero siempre le he querido hacer esta pregunta: ¿qué se siente al tener un hijo tan maravilloso que desde que nació ha sido alabado por cientos de millones de personas como si fuera un dios?
La Virgen respondió:
-Francamente, señora Jiménez, a nosotros nos habría gustado que fuese médico.

Los padres siempre tienen alguna expectativa, y esa expectativa se vuelve venenosa. Dejadme que os diga algo: amad a vuestros hijos pero nunca pongáis vuestras expectativas en ellos. Amad a vuestros hijos todo lo que podáis, y dadles la sensación de que los queréis por lo que son, y no por lo útiles que puedan ser. Amadles enormemente y dadles la sensación de que los aceptáis como son. Ellos no tienen que satisfacer ninguna exigencia. El amor que les dais no tiene que ser diferente según hagan esto o aquello. El amor es incondicional. Y entonces se podrá crear un mundo totalmente distinto. Las personas se dedicarán naturalmente a las cosas que les gustan. Las personas se moverán naturalmente en la dirección que instintivamente sienten que fluyen.
A menos que estés satisfecho, a menos que hayas encontrado algo que no sea sólo una profesión sino algo parecido a una vocación, una llamada, nunca podrás sentirte feliz con tus padres, porque son la causa de que estés en este mundo miserable. No podrás sentirte agradecido, no tendrás ningún motivo para ello. Cuando estés satisfecho, te sentirás enormemente agradecido. Y tu satisfacción sólo será posible siempre que no te conviertas en un objeto. Tu destino es convertirte en una persona. Tu destino es convertirte en un valor intrínseco. Tu destino es ser un fin en ti mismo.

¿No deberíamos ser lo más cariñosos que podamos?

El padre insiste: «Quiéreme, soy tu padre», y el niño tiene que fingir que le quiere. El hijo ni siquiera tiene necesidad de querer a su madre. Una de las leyes de la naturaleza es que la madre quiere a su hijo por un instinto natural, pero no viceversa, el hijo no tiene un instinto natural de amor hacia la madre. Necesita a su madre, pero eso es otra cosa; la utiliza, pero eso es otra cosa, no hay ninguna ley de la naturaleza por la que tenga que querer a su madre. Le gusta porque le ayuda, es muy útil; sin ella no podría existir. De modo que le está agradecido, le tiene respeto, todas estas cosas están bien, pero el amor es un fenómeno totalmente distinto.
El amor fluye partiendo de la madre hacia el hijo y no al revés. Esto es muy sencillo porque el amor del hijo fluirá hacia sus propios hijos, no puede ir a la inversa, del mismo modo que el Ganges fluye hacia el mar y no hacia su origen. La madre es el origen y el amor fluye hacia la nueva generación. Invertir el sentido es un acto forzado, no es natural, no es biológico.
Pero el hijo tiene que fingir porque la madre le dice: «Soy tu madre, ¡tienes que quererme!» ¿Qué
puede hacer el hijo? Sólo puede fingir, de modo que se convierte en un político. Cada niño se convierte en un político desde que está en la cuna. Empieza a sonreír cuando su madre entra en la habitación, ¡igual que Jimmy Carter! No siente alegría pero tiene que sonreír. Tiene que abrir la boca y ejercitar los labios, le ayuda, es una medida de supervivencia. Pero el amor se vuelve falso. Y cuando has aprendido esta clase de amor barato, artificial, es muy difícil descubrir el original, el verdadero, el auténtico. Después tiene que querer a sus hermanos y hermanas, sin saber realmente por qué. En realidad, ¿quién es el que quiere a su hermana y para qué? Todas estas ideas se han implantado para mantener unida a la familia. Pero todo este proceso de falsificación te lleva hasta un punto en el que cuando te enamoras, ese amor también es falso.
Te has olvidado de lo que es realmente el amor. Te enamoras del color del pelo, pero ¿qué tiene eso que ver con el amor? Cuando hayan pasado dos días ya no te fijarás en el color del pelo. 0 te enamoras de un determinado tipo de nariz o de unos determinados ojos, pero tras la luna de miel ¡todas estas cosas te aburren! Y entonces tienes que arreglártelas de alguna manera para fingir, engañar. Tu espontaneidad ha sido corrompida y envenenada; de lo contrario, tu amor no se haría pedazos. Pero sólo te enamoras de las partes. Si alguien te pregunta: «¿Por qué quieres a esta mujer o a este hombre?», tu respuesta será «porque es muy bella», o «por su nariz, sus ojos, la proporción de su cuerpo, esto y lo otro...». ¡Todo esto es un disparate! Este amor no puede ser muy profundo ni tener mucho valor. No se puede convertir en una amistad íntima. No durará toda la vida; pronto se secará porque es muy superficial. No ha nacido del corazón, es un fenómeno mental. Quizá te guste porque se parece a una actriz, pero gustar no es amar. El amor es un fenómeno totalmente distinto, indefinible, misterioso; tan misterioso que Jesús dijo: «Dios es amor.» Convierte a Dios y al amor en sinónimos, en indefinibles. Pero el amor natural se ha perdido.
Me has preguntado: «¿No deberíamos ser lo más cariñosos que podamos?» ¿Te parece que se trata de hacer algo lo mejor que puedas? No es cuestión de hacer. Es un fenómeno del corazón. Es un modo de trascender el cuerpo y la mente. No es prosa, es poesía. No es matemáticas, es música. No puedes hacerlo, sólo puedes serlo. El amor no es algo que haces, es lo que eres. Pero estas obligaciones pesan sobre tu espontaneidad. El amor nunca es un deber, no puede ser impuesto. No te puedes obligar a amar todo lo que puedas. Esto es lo que hace la gente y por eso hay tan poco amor en el mundo.

¿Cómo puedo amar a mi madre?

Deberás amar a tu madre de un modo totalmente distinto. No es tu novia, y no podrá serlo. Si estás demasiado apegado a tu madre no serás capaz de encontrar una novia. Y en el fondo estarás muy enfadado con tu madre, porque por su culpa no puedes acercarte a otra mujer. De modo que alejarse de los padres forma parte del crecimiento. Es exactamente igual que cuando estás dentro del vientre y tienes que salir de él. Dejaste a tu madre, en cierto modo..., en cierto modo la traicionaste. Pero si dentro del vientre el niño piensa que esto será una traición, «cómo voy a abandonar a mi madre si me ha dado la vida», entonces se matará y matará también a su madre. Tiene que salir del vientre.
Primero está totalmente unido a la madre; después hay que cortar el cordón. Empieza a respirar por su cuenta, esto es el principio de su desarrollo. Se vuelve un individuo, empieza a funcionar separadamente. Durante muchos años seguirá siendo dependiente. Dependerá de su madre para la leche, el alimento, la protección, el amor; está indefenso. Pero a medida que va teniendo más fuerza se empezará a alejar cada vez más. Entonces se acabará la leche y tendrá que empezar a depender de otros alimentos. Así se aleja todavía más.
Más tarde tendrá que ir al colegio, tendrá que tener amigos. Y cuando sea un hombre joven se enamorará de una mujer, y en cierto modo se olvidará de su madre completamente porque esta nueva mujer le colma, le subyuga. Si esto no sucede es que algo no funciona. Si tu madre trata de aferrarse a ti, entonces no está cumpliendo con su obligación de madre. Es una obligación muy delicada. Una madre tiene que ayudarte a que te vayas, eso es lo difícil. Una madre tiene que hacerte fuerte para que puedas alejarte de ella. Ése es su amor. Entonces estará cumpliendo con su obligación. Si te aferras a tu madre, entonces tú también le estarás haciendo daño. Es ir en contra de la naturaleza. Es como si un río empezase a fluir contracorriente..., entonces todo estará patas arriba.
Tu madre es tu origen. Si empiezas a fluir hacia tu madre estarás yendo contracorriente. El río tiene que fluir desde el origen hacia el mar. Pero eso no significa que no quieras a tu madre.
Recuerda que el amor hacia tu madre debe ser más parecido al respeto y menos parecido al amor. El amor hacia tu madre tiene que tener la característica de la gratitud, del respeto, un respeto profundo. Te ha dado a luz, te ha traído al mundo. Tu amor hacia ella debe ser muy devoto. Por tanto, haz todo lo que puedas para servirle. Pero no hagas que tu amor sea como el amor hacia tu amada; si no, estarás confundiendo a tu madre con tu amada. Y si se confunde la finalidad te confundirás tú. Así que ten en cuenta que tu destino es encontrar una novia, a otra mujer, no a tu madre. Entonces, por primera vez serás totalmente maduro, porque encontrar otra mujer significa que ahora estás completamente separado de tu madre; ya se ha cortado el último cordón.
Por eso siempre existe un ligero antagonismo entre la madre y la mujer de su hijo; hay un ligero antagonismo en cualquier parte del mundo. Tiene que ser así, porque de alguna manera la madre siente que esta mujer le ha quitado a su hijo. Y en cierto sentido, es natural. Es natural pero es ignorancia. La madre debería sentirse feliz de que su hijo haya encontrado otra mujer. Ahora su hijo ya no es un niño; se ha vuelto una persona madura, adulta. Debería sentirse feliz, ¿no?
De modo que sólo podrás ser una persona madura de una manera: si te separas de tu madre. Y esto es así a muchos niveles del ser. Llega un día en que el hijo se tiene que sublevar contra su padre, no sin respeto sino con un profundo respeto. Pero se tiene que sublevar. Aquí es donde hay que ser cuidadoso: hay revolución, hay rebelión, pero con un profundo respeto. Si no hay respeto es horrible, entonces la rebelión no será hermosa. Te estarás perdiendo algo. Rebélate, sé libre, pero sé respetuoso porque el padre y la madre son el origen.
Por consiguiente, hay que separarse de los padres. No sólo separarse sino que, muchas veces y de muchas maneras, hay que enfrentarse. Pero no se tendría que transformar en un enfado. No debería ser desagradable sino que debería seguir siendo hermoso, respetuoso. Si te marchas, vete, pero póstrate a los pies de tu padre y de tu madre. Diles que te tienes que ir..., llora. Pero diles que eres impotente, que tienes que irte. El desafío te llama, tienes que marcharte. Uno llora al irse de casa, mira hacia atrás una y otra vez con los ojos llenos de añoranza, de nostalgia. El pasado fue hermoso. Pero ¿qué puedes hacer?
Si te aferras a tu casa serás un inválido. Seguirás siendo un inmaduro. Nunca serás un hombre por derecho propio. Por eso te digo que te vayas con respeto. Debes estar a su servicio siempre que lo necesiten, estar a su disposición. Pero no confundas a tu madre con tu amada; es tu madre.
Hasta mañana. Sinceramente

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