domingo, 23 de diciembre de 2007

AMOR Y MEDITACION


El hombre comenzó a buscar las formas por las cuales el también podría ser creativo y productivo. El Hombre ha dado a luz a grandes pinturas, poesías, danzas, fabulosa música; El hombre puede crear una hermosa estatua, pero así y todo está muerta puedes crear música grandiosa, pero es efímera; viene con el viento y se va. Quizás puedas crear grandes danzas, pero el hombre no pueden crear un ser vivo, un niño sonriente, un niño que respira y cuyo corazón late.
Todo su arte y toda su creatividad solo son un sustituto de lo que no puede hacer.
Muchas veces me han preguntado, “¿Por qué las mujeres no son grandes poetas, grandes músicos, grandes pintoras, grandes escultoras?”.
La razón es que ellas pueden dar a luz a la vida; no sienten ninguna necesidad de crear otra cosa.

Sólo en un punto, en un lugar, el hombre y la mujer se encuentran y a eso le llamo el espacio de meditación, donde el hombre y la mujer son realmente iguales, el hombre y la mujer son dos especies diferentes. Se encuentran solamente en la meditación profunda. Y a menos que la humanidad entera sea meditativa, el hombre y la mujer seguirán peleándose. Su amor siempre va arriba y abajo, hay momentos de belleza y hay momentos de fealdad, hay momentos de alegría y hay momentos de miseria.
Pero en la meditación, si dos meditadores comparten sus energías, el amor es un fenómeno constante; no cambia. Tiene la cualidad de lo eterno, se hace divino. El encuentro del amor y la meditación, es la experiencia más grande de la vida.

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