No solamente hay una fuerte conexión entre meditación y muerte, sino que casi son la misma cosa, son dos maneras de mirar la misma experiencia. La muerte te separa de tu cuerpo, de tu mente, de todo lo que no eres tú. Pero te separa en contra de tu voluntad. Te resistes, no quieres separarte; no estás dispuesto, no estás en un estado de «dejarte ir».
La meditación también separa todo lo que tú no eres de tu ser y realidad, pero la resistencia no está. Esa es la única diferencia. En lugar de resistencia hay un tremendo querer, un deseo, una apasionada acogida. Lo quieres, lo deseas desde las profundidades más hondas de tu corazón.
La experiencia es la misma -la separación entre lo falso y lo real- pero por tu resistencia a la muerte, te vuelves inconsciente, caes en un estado de coma. En la muerte te aferras demasiado, no dejas que ocurra, cierras todas las puertas, todas las ventanas. La codicia por la vida está en el momento máximo. Sólo la idea de morir te asusta desde lo más profundo de tu ser.
Pero la muerte es un fenómeno natural y también absolutamente necesario. Tiene que suceder. Si las hojas no se vuelven amarillas y no se caen, las hojas nuevas, las jóvenes y frescas, no vendrán. Si uno sigue viviendo en el cuerpo viejo, no se cambiará a una casa mejor, más fresca, con más posibilidades de un nuevo comienzo. Quizás no tomará la misma ruta que tomó en la vida pasada, perdiéndose en el desierto. Puede ser que se cambie a un nuevo cielo de consciencia.
Cada muerte es un final y un principio.
No hagas mucho caso del final. Es un final para un viejo, gastado y miserable estilo de vida, y es una gran oportunidad para empezar una nueva vida, para no cometer los viejos errores. Es el principio de una aventura. Pero, como te aferras a la vida y no quieres dejarla -y tiene que suceder por ley natural- te vuelves inconsciente.
Casi todos, excepto algunos pocos que se han Iluminado, mueren inconscientemente. Por eso, no saben lo que es la muerte, no saben que es un nuevo principio, una nueva alba.
La meditación es tu propia exploración. Estás buscando saber qué es lo que te constituye, lo que en ti es falso y lo que es verdadero. Es un tremendo viaje de lo falso a lo auténtico, de lo mortal a lo inmortal, de la oscuridad a la luz. Pero cuando llegas al punto en que ves la separación de la mente y el cuerpo, y a ti mismo como un espectador, la experiencia de la muerte es lo mismo. No estás muriendo... un hombre que haya meditado se morirá alegremente pues sabe que la muerte no existe; la muerte reside en el apego a la vida.
Dices, «Siento una fuerte conexión entre muerte y meditación...» La hay. En las escrituras antiguas de esta tierra, incluso al Maestro se le define como muerte porque su única función, todo su trabajo, consiste en enseñarte la meditación. En otras palabras, te está enseñando a morir sin morirte, a pasar por la experiencia de la muerte, sorprendido de estar todavía vivo. La muerte fue como una nube que pasó y ni siquiera te ha arañado. De ahí, la fascinación y el miedo. La fascinación es el conocer la experiencia misteriosa a través de la que todo el mundo tiene que pasar, a través de la cual han pasado muchas veces, pero que se ha atravesado inconscientemente. Y el miedo es que quizás la muerte sea sólo el final y no haya otro comienzo.
Sucedió, justamente al principio de este siglo, que el rey de Varanasi tenía que ser operado. La operación era importante, pero el rey era muy tozudo y no quería tomar ninguna clase de anestesia.
Dijo, «Podéis operarme, pero yo quiero mirar, no quiero estar inconsciente».
Los médicos estaban asombrados. Iba en contra de la práxis médica. Una operación de tal importancia iba a ser dolorosa; el hombre se podía morir de dolor. La cirugía necesita que estés inconsciente.
Quizás la ciencia de la cirugía ha aprendido el arte de la anestesia de la experiencia de la muerte, porque la muerte es la mayor cirugía. Te separa del cuerpo, de la muerte y del corazón, y has estado identificado con todo esto durante setenta u ochenta años. Se ha vuelto casi tu auténtico ser. La separación va a ser dolorosa, y el dolor tiene un límite.
¿Te has fijado alguna vez? No hay dolor inaguantable. La expresión «dolor inaguantable» existe sólo teóricamente; todo dolor es soportable. En el momento en que se vuele insoportable, te vuelves inconsciente. El ser consciente es una forma de soportarlo.
Si hubiese sido un hombre ordinario, los médicos no le hubiesen escuchado, pero era un rey, y un rey muy conocido, conocido en todo el país como un hombre grande y sabio. Persuadió a los cirujanos, «No os preocupéis, no me va a pasar nada. Dadme tan solo cinco minutos antes de empezar la operación para que me acomode en un estado meditativo. Una vez que entro en meditación, me encuentro ya lejos del cuerpo; entonces podéis cortar todo el cuerpo a pedazos. Seré únicamente un testigo y un testigo alejado, como si le estuviese sucediendo a otro».
El momento era muy crítico; la operación tenía que hacerse inmediatamente. Si no se hacía al momento, podía causar la muerte. Había sólo dos alternativas: o bien operar y permitir que el paciente estuviera consciente, o no hacerlo, y seguir la vieja rutina de la ciencia. Pero en tal caso, la muerte era segura. En el primer caso había una esperanza de que quizás este hombre pudiera hacerlo; ¡y era tan insistente! No encontrando ninguna forma de persuadirle, le tuvieron que operar.
Esa fue la primera operación realizada sin anestesia, en un estado de meditación. El rey sencillamente cerró los ojos; entró en silencio. Incluso los cirujanos notaron que algo cambiaba alrededor del rey, la vibración, la presencia. La cara se relajó como la de un niño pequeño, recién nacido, y al cabo de cinco minutos empezaron la operación. Duró dos horas, y temblaban de miedo; de hecho, no estaban seguros de que el rey sobreviviera; el «shock» podía ser demasiado. Pero cuando la operación terminó, el rey les preguntó, «¿Puedo abrir ya los ojos?»
Fue discutido en el campo de la medicina en todo el mundo como un caso muy raro. Los cirujanos le preguntaron qué era lo que había hecho.
Dijo: «No he hecho nada. El meditar es mi vida. Momento a momento vivo en silencio. Pedí los cinco minutos porque ibais a realizar una operación tan peligrosa que me tenía que asentar completamente en mi ser, sin vacilaciones. Entonces ya podíais hacer lo que quisierais, porque no me lo estabais haciendo a mí. Soy consciencia, y no podéis operar la consciencia, podéis operar tan sólo el cuerpo».
Dices, «Cuando me siento ante ti, me siento seguro». En realidad no hay diferencia entre sentarte conmigo o sentarte solo, únicamente es una garantía para la mente: la idea de que el Maestro está presente y que el salto no va a hacer daño. Si algo va mal, alguien está ahí para ayudarte.
En meditación, no hay nada que vaya mal, nunca.
Sin la meditación, todo va mal.
Nada va bien sin meditar; la vida entera va mal.
Vives sólo de la esperanza, pero la esperanza nunca se satisface. La vida es una larga tragedia. Y el motivo es tu inconsciencia, la ausencia de meditación.
La meditación tiene la apariencia de la muerte, y la experiencia es exactamente la misma. Pero la actitud y el enfoque son distintos, y la diferencia es tan amplia que puede decirse que la meditación es vida y la muerte es sólo un sueño.
Precisamente ésta es la función de una Escuela de Misterios, donde mucha gente está meditando, donde un Maestro está presente. Te sientes a salvo, no estás solo. Si algo va mal, tendrás ayuda inmediatamente. Pero no hay nada que vaya mal.
Así pues, medita cuando te sientas conmigo, y medita en tu soledad. La meditación es la única cosa con garantía absoluta de que nada va a ir mal. Unicamente te revela tu propia existencia. ¿Cómo puede ser que algo vaya mal? Y no haces nada; estás en realidad deteniendo todo «el hacer». Estás parando el pensar, el sentir, el hacer; una parada en todas tus acciones. Sólo la consciencia permanece, pero esa no es tu acción, eres tú.
Una vez has probado tu ser, todo el miedo desaparece, y la vida se convierte en una dimensión totalmente nueva, no más mundana, no más ordinaria. Por primera vez, ves lo sagrado y lo divino, no solamente en ti, sino en todo lo que existe. Todo se vuelve misterioso y vivir en este misterio es la única manera de vivir en éxtasis; vivir en este misterio es vivir bajo una lluvia de bendiciones. Cada momento trae más y más y más penetrantes y profundas bendiciones para ti, no porque las merezcas, sino porque la vida las da desde su abundancia; está cargada, las comparte con cualquiera que sea receptivo.
Pero no te hagas a la idea de que la meditación es como la muerte, porque la muerte no tiene buenas asociaciones en tu mente. Eso te impedirá experimentar la consciencia. «Es como la muerte». De hecho es una muerte real. La muerte ordinaria no es una muerte real porque te juntarás de nuevo a otra estructura, a otro cuerpo.
El meditador muere a lo grande; nunca más vuelve a ser prisionero de un cuerpo.
jueves, 28 de febrero de 2008
Muerte y meditación
martes, 26 de febrero de 2008
LOS CUATRO PASOS HACIA EL AMOR
El amor es la unión, el encuentro orgásmico de la muerte y la vida. Si no has conocido el amor, te lo has perdido. Naciste, viviste y moriste, pero perdiste la oportunidad. Te has equivocado tremendamente, totalmente, absolutamente, has perdido el intervalo entre las dos notas. Ese intervalo es el pináculo más alto, la experiencia suprema.
Para alcanzarlo, hay cuatro pasos que debes recordar.
El primero: estar aquí y ahora, porque el amor sólo es posible en el "aquí-ahora". No puedes amar en el pasado. Muchas personas viven simplemente de recuerdos, amaron en el pasado. Y hay otros que aman en el futuro; eso tampoco se puede hacer. Estas son formas de evitar al amor. El pasado y el futuro son las formas de evitar al amor.
De modo que amas en el pasado o amas en el futuro y el amor es sólo posible en el presente porque sólo en este momento la vida y la muerte se encuentran... en el oscuro intervalo que está dentro de ti. Ese intervalo oscuro está siempre en el presente, siempre en el presente, siempre en el presente. Nunca es pasado y nunca es futuro. Si piensas demasiado—y pensar es siempre o del pasado, o del futuro—tus energías se separarán de tus sentimientos. Sentir es estar aquí-ahora. Si tus energías se mueven en función del pensar, entonces no tendrás suficientes energías para adentrarte en los sentimientos y el amor no será posible.
Así que el primer paso es estar aquí-ahora. El futuro y el pasado traen pensamientos y el pensar destruye el sentir. Y una persona obsesionada con el pensar, poco a poco se olvida completamente de que también tiene un corazón.
Un hombre que piensa demasiado, avanza de tal manera que, poco a poco, deja de expresar lo que siente. No prestándole atención al sentir, empieza a alejarse de él. Hay millones de personas en este estado sin saber qué significa el corazón. Creen que es sólo un mecanismo. Se concentran exclusivamente en la mente. La mente es un extremo, es necesaria, es un buen instrumento, pero debe usarse como un esclavo. No debe ser el amo. Una vez que la mente se convierta en el amo y dejes en segundo término al corazón, vivirás, morirás, pero no sabrás qué es Dios, porque no sabrás qué es el amor.
Al contactar con él por primera vez ,ese intervalo oscuro parece ser amor y cuando te pierdes en él, se convierte en Dios. Dios comienza con el amor, o Dios es la última cúspide del amor.
El segundo paso hacia el amor es: aprende a transformar tus venenos en miel...
Mucha gente ama, pero su amor está muy contaminado con venenos, con odio, celos, furia, posesividad. Mil y un venenos asedian tu amor. El amor es algo delicado. Detente a pensar en la ira, en el odio, en la posesividad, en los celos. ¿Cómo puede el amor sobrevivir?
En primer lugar las personas utilizan demasiado la cabeza y olvidan el corazón. Son la mayoría. Una minoría, todavía vive un poco en el corazón, pero esa minoría también está equivocada, su pequeña luz de amor está rodeada por celos, odio, ira y mil y un venenos. Así, todo el viaje se vuelve amargo. El amor es la escalera entre el cielo y el infierno, pero la escalera siempre tiene dos caminos: puedes subir o bajar. Si existen venenos, la escalera te llevará hacia abajo. Entrarás en el infierno y no en el cielo. Y en vez de alcanzar una melodía tu vida será un estruendo nauseabundo, contradictorio, como el ruido del tráfico. Un ruido enloquecedor, una multitud ruidosa, sin armonía. Permanecerás al borde de la locura.
Por lo tanto lo segundo a recordar es: aprende a transformar tus venenos en miel.
¿Cómo serán transformados? Hay un proceso simple. De hecho no es correcto llamarlo transformación porque no tienes que hacer nada, sólo necesitas paciencia. Te estoy revelando uno de los mayores secretos. Inténtalo: cuando sientas rabia, no hagas nada, sólo siéntate en silencio y observa. No estés ni a favor, ni en contra. No cooperes con ella, no la reprimas. Sólo obsérvala, ten paciencia, mira lo que sucede... déjala surgir.
Recuerda una cosa: nunca hagas nada cuando el veneno se apodere de tu estado de ánimo, simplemente espera. Cuando el veneno empiece a cambiar...
Esta es una de las leyes básicas de la vida: todo cambia continuamente. Como te había dicho, el hombre se vuelve mujer y la mujer se vuelve hombre, porque periódicamente ocurren cambios en ti. El hombre bueno se vuelve malo y el malo bueno; el santo tiene momentos de pecador y el pecador, de santo... uno sólo tiene que esperar.
No actúes cuando la furia está en su punto más álgido, si no te arrepentirás y entrarás en una reacción en cadena y crearás karma. Es así como entras en el karma. Haz algo cuando estés en un momento negativo y formarás parte de una cadena interminable. Cuando estás negativo y actúas, el otro se vuelve negativo, el otro está dispuesto a hacer algo. La negatividad genera más negatividad. La negatividad provoca más negatividad, la furia crea más furia, la hostilidad crea más hostilidad y las cosas siguen y siguen y siguen. La gente ha estado luchando entre sí, durante vidas enteras. ¡Y aún continúan!
Espera. Cuando estás furioso, éste es el momento de meditar; no desperdicies ese momento. La ira está creando tanta energía en ti... que puede destruirlo todo. Pero la energía es neutral; la misma energía que puede destruir, puede ser creativa. Detente. La misma energía que puede destrozarlo todo, puede ser una lluvia de vida.
Sólo espera. Si esperas y haces las cosas sin prisa, un día te sorprenderás al ver el cambio interno. Estabas lleno de ira y la ira iba aumentando y aumentando hasta que llegaste a un clímax... y entonces el curso de las cosas empezó a cambiar. Y puedes ver que está cambiando y la furia va desapareciendo y la energía liberándose. Entonces estarás en un estado de ánimo positivo: el ánimo creativo. Ahora puedes hacer algo. Hazlo ahora. Espera siempre el momento positivo.
Y no estoy hablando de represión, no estoy diciendo que suprimas lo negativo. Lo que digo es que observes lo negativo. Recuerda la diferencia, existe una tremenda diferencia. No digo que te estanques en lo negativo, que te olvides de lo negativo, que hagas algo en contra de ello, no. No estoy diciendo eso. No digo que sonrías cuando estás furioso, no. Esa sonrisa será falsa, fea, fingida. No sonrías cuando estés furioso. Enciérrate en tu cuarto, coloca un espejo frente a ti y mira tu rostro lleno de rabia. No hay necesidad de mostrárselo a nadie. Es cosa tuya, es tu energía, tu vida y debes esperar el momento oportuno. Sigue mirándote al espejo, mira tu cara enrojecida, los ojos rojos, al asesino en ti. ¿Has pensado alguna vez que cada uno lleva un homicida en su interior? Tú también llevas uno. No creas que el asesino está en otra parte, ni creas que el que comete el asesinato es otro. No, todos tienen la posibilidad de asesinar. Llevas el instinto suicida en ti.
Mírate en el espejo; esos son tus diferentes estados, debes familiarizarte con ellos. Conocerse a uno mismo forma parte del crecimiento.
Desde Sócrates hasta nuestras días se ha oído: "Conócete a ti mismo". Pero ésta es la manera de conocerse a uno mismo. "Conocerte a ti mismo", no significa sentarse silenciosamente y repetir: "Soy Brahma, soy una alma, soy Dios, soy esto..." no tiene sentido. Conocerse a uno mismo quiere decir conocer todos los estados, todas las posibilidades: el asesino, el pecador, el criminal, el santo, lo sagrado dentro de ti, la virtud, el Dios, el Diablo. Conoce todos los estados, toda su gama; conociéndolos descubrirás secretos, llaves.
Verás que la ira no permanecerá para siempre, o ¿sí podrá? No lo has intentado; ¡Inténtalo! No puede permanecer para siempre. Si no haces nada, ¿qué sucederá? ¿Podría la ira quedar suspendida por siempre y para siempre? Nada permanece para siempre. La felicidad viene y se va, la infelicidad viene y se va. ¿Entiendes esta simple ley? Todo cambia, nada permanece. Así que, ¿por qué tener prisa? La rabia ha llegado. Se irá. Sólo espera, ten un poco de paciencia. Mira en el espejo y espera. Déjala correr, deja que tu rostro se vuelva feo y homicida, pero espera y observa.
No reprimas la rabia y no actúes bajo su influencia y pronto verás que tu rostro se suavizará, tus ojos se calmarán; la energía cambia, lo masculino se convierte en femenino... y pronto estarás radiante. La misma rojez que era rabia ahora ha adquirido un cierto resplandor, una belleza en tu rostro, en tus ojos. Ahora puedes salir, el momento de actuar ha llegado. Actúa cuando estés positivo. No fuerces a la positividad, deja que llegue a su tiempo. Este es el secreto. Cuando digo: "Aprende a transformar tus venenos en miel" , eso es lo que quiero decir.
Y tercero: comparte. Cuando tengas algo negativo, guárdalo para ti. Cuando tengas algo positivo, compártelo. La gente, comúnmente, comparte sus negatividades, no comparte sus experiencias positivas. La Humanidad es simplemente estúpida. Cuando están contentos no comparten, son avaros. Cuando se sienten infelices, son muy pródigos. Entonces están mucho más dispuestos a compartir. Cuando la gente sonríe, sonríe muy moderadamente, sin llegar muy lejos, pero cuando están furiosos, lo están totalmente. El tercer paso es compartir la positividad. Esto hará que tu amor fluya como un río y hará que surja de tu corazón. El dilema de tu corazón empezará a cambiar cuando compartas.
He oído un dicho muy extraño de Jorge Luis Borges. Escúchalo:
"Dale aquello que es sagrado a los perros.
Arroja las perlas a los puercos
porque lo que importa es dar".
Has oído lo contrario que dice así: "No arrojes nada a los perros y no des perlas a los puercos, porque no entenderán".
Lo que importa no es lo que estás dando: perlas, santidad y amor, ni a quién se lo estás dando. Eso no es importante. Lo importante es que estés dando. Da cuanto tengas. Gurdjieff solía decir: "Todo lo que acumulé, lo perdí y todo lo que di, es mío. Todo aquello que di aún lo tengo, y todo lo que acumulé se perdió, se fue." Cierto; tienes sólo aquello que has compartido. El amor no es una propiedad para ser guardada; es un resplandor, es una fragancia para ser compartida. Cuanto más compartas, más tendrás; cuanto menos compartas, menos tendrás.
Cuanto más compartas, más surgirá de tu interior. Es infinito; más brotará. Saca agua del pozo y más agua fresca fluirá hacia él. Deja de sacar agua, cierra el pozo, sé un miserable y cesará de manar. Poco a poco las fuentes morirán, se bloquearán y el agua que está en el pozo se corromperá, se volverá rancia y sucia. El agua que corre es fresca... el amor que fluye es fresco.
Así que el tercer paso hacia el amor es compartir tus cosas positivas, compartir tu vida, compartir todo lo que tengas. Todo lo bello que tengas, no lo escondas.
Comparte tu sabiduría, comparte tu oración, tu amor, tu felicidad, tu gozo; comparte. Sí, si no encuentras a nadie, comparte con los perros, pero comparte. Con las rocas, pero comparte. Cuando tengas perlas, espárcelas. No te preocupes si las das a los puercos o a los santos. Lo que importa es dar.
El almacenamiento envenena el corazón. Toda acumulación es venenosa. Si compartes, tu sistema estará libre de venenos. Y cuando des, no te preocupes por si serás correspondido o no, no esperes ni tan siquiera las gracias. Siéntete agradecido a la persona que te permitió compartir algo con ella. No esperes en el fondo de tu corazón que él tenga que sentirse agradecido porque compartiste algo con él. No, siéntete agradecido porque él estuvo dispuesto a escucharte, a compartir un poco de energía contigo, porque estuvo dispuesto a escuchar tu canción, dispuesto a ver tu danza, porque cuando fuiste hacia él a darle no te rechazó... pudo haberlo hecho.
El compartir es una de las virtudes más espirituales, una de las más grandes.
Y la cuarta: no seas "alguien". Una vez que comienzas a pensar que eres alguien, te estancas. Entonces el amor no fluye. El amor sólo fluye de alguien que no es nadie. El amor mora sólo en la nada.
Cuando estás vacío, hay amor.
Cuando estás lleno de ego, el amor desaparece.
El amor y el ego no pueden converger.
El amor puede existir con Dios y no con el ego, porque el amor y Dios son sinónimos. Es imposible que el amor y el ego estén juntos. Así que, sé la nada. El "no ser" es la fuente de todo, el "no ser" no ser es la fuente del infinito... "no ser" es Dios. Ser "la nada" significa nirvana.
Sé "la nada" y al serlo, habrás alcanzado el Todo. Siendo "algo" te perderás; al ser "la nada", llegarás a casa.
lunes, 25 de febrero de 2008
¿Cómo hallar la Luz?
Por lo tanto, ¿cuál es la manera de entrar en ella y cómo mantenerse centrado? ¿Cómo alcanzarla? ¿Cómo hallar esa luz?
Dos o tres cosas. Una, siempre que afirmas que existe la luz, ¿qué quieres decir? Yo digo, «La habitación está iluminada» ¿Qué quiero decir con ello? Quiero decir que puedo ver. Nunca se ve la luz, sólo se ve lo iluminado. Puedes ver las paredes, no la luz; puedes verme a mí, no la luz. Se ve lo que se ilumina, nunca a la luz en sí misma, porque la luz es tan sutil que no se puede ver. No es un fenómeno evidente. Por eso inferimos que la luz existe. Es una inferencia, no un conocimiento del hecho. ¡Es sólo una deducción! Debido a que soy capaz de verte, deduzco, asumo, que existe la luz. ¿Cómo voy a verte sin luz?
¡Nadie ha visto la luz ! ¡Nadie! Y nadie la verá nunca. Pero empleamos las palabras «Veo luz» y con ello significamos que «Veo cosas que no podrían ser vistas sin luz». Cuando dices que hay oscuridad, que no hay luz, ¿qué quieres decir? Tan sólo que «Ahora no puedo ver las cosas». Cuando no puedes ver los objetos, deduces que no hay luz. Cuando puedes ver los objetos deduces que hay luz. De modo que la luz es una inferencia incluso en el mundo exterior, externo. Por esto, cuando uno tiene que entrar, cuando uno está listo para ir hacia adentro, ¿qué queremos decir con luz?
Si puedes percibirte a ti mismo, si puedes verte a ti mismo, eso significa que ahí hay luz. Es extraño pero nunca pensamos en ello. Toda la habitación está a oscuras, no puedes afirmar que haya algo en ella, pero si puedes afirmar una cosa: «Yo existo». ¿Por qué? Tampoco te ves a ti mismo. La habitación está totalmente a oscuras, nada se puede ver, pero sobre una cosa estás seguro y es de tu propio ser. No hay necesidad de pruebas, no hay necesidad de luz. Sabes que existes, sientes que existes. Ahí debe de haber una sutil claridad. Puede que no seamos conscientes de ella, podemos ser inconscientes o muy escasamente conscientes, pero está ahí.
De modo que dirige tu mirada hacia adentro. Cierra todos tus sentidos de modo que no exista una percepción de ninguna luz exterior. Penetra en la oscuridad, cierra tus ojos e intenta ahora entrar, ver en ella. En primer lugar puede que percibas sencilla-mente oscuridad; es debido a que no estás acostumbrado a ella. Sigue penetrando. Intenta mirar en la oscuridad en que estás metido. Penétrala y poco a poco irás percibiendo muchas cosas dentro. Una iluminación interior comienza a funcionar. Puede ser tenue al comienzo. Comenzarás a ver tus pensamientos porque los pensamientos son objetos interiores. ¡Son cosas! Comenzarás a tropezar con los muebles de tu mente.
Allí hay muchos muebles, muchas memorias, muchos deseos, muchas pasiones insatisfechas, muchas frustraciones, muchos pensamientos, muchos pensamientos-simiente, muchas cosas . Cuando empiezas a percibirlas, intenta primero penetrar la oscuridad. Entonces una lucecita comenzará a manifestarse y te volverás consciente de muchas cosas. Es como cuando entras repentinamente en una habitación a oscuras: no eres capaz de distinguir nada. Pero quédate ahí. Acomódate a la oscuridad, deja que tus ojos se acomoden a la oscuridad. Los ojos han de adaptarse, y eso lleva tiempo. Cuando vienes del exterior, de un jardín iluminado por el sol a tu habitación, tus ojos han de reajustarse a sí mismos. A tus ojos les llevará un poco de tiempo, pero se adaptarán.
Si uno emplea constantemente sus ojos para ver las cosas que tiene cerca, por ejemplo si uno lee sin cesar, se vuelve corto de vista porque un exceso de visión de cerca fija el mecanismo de los ojos. Por eso cuando quiere ver una estrella lejana, no puede verla porque el mecanismo se ha encasquillado. No es flexible. Lo mismo ocurre en el interior: debido a que hemos estado mirando al exterior continuamente, durante vidas, el mecanismo se ha quedado fijo y no podemos mirar hacia adentro.
Pero inténtalo, haz un esfuerzo, mira en la oscuridad. No tengas prisa, porque el mecanismo ha sido fijado durante muchas vidas. Los ojos han olvidado completamente el mirar hacia adentro. Nunca los has empleado para este propósito. Mira pues dentro de la oscuridad, observa la oscuridad y no te impacientes. Penetra la oscuridad, continúa penetrándola y al cabo de tres meses serás capaz de ver en su interior muchas cosas que nunca hubieras pensado que estuvieran allí. Y ahora, por primera vez, tomas consciencia de que los pensamientos son sólo objetos. Y cuando te vuelves consciente, puedes colocar un pensamiento donde tú quieras. Si quieres expulsarlo, puedes expulsarlo.
Pero ahora no eres capaz de expulsarlo. Ahora no eres capaz de eliminar ningún pensamiento porque no eres capaz de agarrarlo. Desconoces incluso que sea un objeto que puede ser cogido y puede ser expulsado. No sabes en dónde están localizados; no sabes de dónde vienen. Todo el mundo dice, «No quiero tener miedo; no quiero enojarme». Pero no pueden hacer nada por evitarlo porque desconocen de dónde proviene esa ira, cuál es su raíz, dónde tiene esa ira su reserva, dónde se acumula esa ira. Desconoces sus raíces.
Todo pensamiento es un objeto. Tiene una reserva acumulada. Por eso, cuando un pensamiento llega, es sólo como una hoja de un gran árbol. No puedes cortarla y tirarla pues otra hoja brotará. Las raíces están ahí; el árbol está ahí. Cuando te vuelvas consciente, incluso sólo un poquito, de que los pensamientos están ahí, de que los deseos están ahí - la ira, la pasión, la lujuria - de que todo está ahí, no empieces a combatirlo. Tan sólo obsérvalos, porque con el observar te volverás más consciente, y con el luchar nunca te volverás consciente. No luches, ¡observa! «Observar» es la palabra, el mantra. Observa sin descanso, y cuanto más observes, más empezarás a sentir que la luz está ahí. La luz está ahí, sólo que tus ojos han de adaptarse.
¡Observa! Con el observar, los ojos se acomodarán. Y cuando haya más luz y todo se vuelva claro, cuando no haya un rincón oscuro, te volverás el amo de tu mente. Podrás excluir lo que quieras, podrás reordenar como quieras. Y una vez te vuelvas el amo de tu mente, te volverás consciente de dónde es que proviene la luz, de dónde está su origen. El sol no está ahí, está afuera. No has ni tan siquiera encendido una vela, y todo se ha iluminado. ¿De dónde proviene esa luz? Primero te darás cuenta de las cosas que son iluminadas, luego te volverás el amo de los objetos de tu mente y luego empezarás a ser consciente de dónde proviene esa luz, de cuál es su fuente. Empezarás a ser consciente de una flor floreciendo. Luego empezarás a ser consciente de dónde proviene esa luz. Entonces podrás conocer el sol.
Tendrás que proceder únicamente de un modo indirecto, desde un objeto iluminado hacia la fuente de la luz. De nuevo la luz no es lo que se ve; de nuevo verás al sol. Empieza primero por percibir los contenidos de la mente. Luego, más y más, la mente se irá aclarando. Luego tomarás consciencia de dónde procede esa luz. Justo en el centro de la mente está su origen. ¡Entonces entra en el origen! Ahora podrás olvidarte de la mente, tú eres el amo. Podrás decir a la mente: «¡Detente!» y la mente se detendrá.
La consciencia es necesaria para ser el amo. Nunca intentes lo contrario: primero ser el amo y luego ser consciente. Nunca funciona, nunca puede funcionar así. Eso no es posible. Sé consciente, y el convertirte en el amo llegará. Te vuelves el amo. Entonces acude al origen, entra en el origen de dónde procede esa luz. ¡Ve! ¡Entra en la Iluminación! Esa entrada en la Iluminación es el «baño». Te has vuelto el amo de tu mente. Ahora puedes convertirte en el amo de la vida misma; ahora puedes convertirte en el amo de la consciencia misma. Y una vez bañado en esa Ilu-minación, en esa fuente de luz, serás capaz de contemplarte a ti mismo en tu eternidad. En este instante, todo el pasado y el futuro estarán ahí. Este instante es eterno. Eres tan puro que el tiempo en su totalidad se junta en ti. El pasado purificado crea un futuro purificado, y este momento se vuelve eterno.
Observa, sé consciente, observa en profundidad los conte-nidos de la mente. Entonces te harás consciente del origen; luego entra en el origen. Es pavoroso, porque todo lo que has conocido como ti mismo, morirá. Este baño es una muerte, una perso-nalidad, todo morirá, porque la personalidad, la identidad, el ego, todos están en el polvo, en el polvo acumulado alrededor de tu ser. Sólo el ser permanecerá sin nombre ni forma. Y este sutra dice que este es el baño preparatorio. Sólo ahora eres capaz de entrar, y sólo hasta aquí tienes que esforzarte. En el instante en que eres purificado, en el instante en el que has atravesado este baño, en el instante en que los karmas se han disuelto, no necesitas ya hacer ningún esfuerzo.
Desde ese punto, Dios se convierte un campo gravitacional. Has entrado ahora en el Campo de la Gracia. Es lo mismo que la gravitación en la Tierra, pero has de entrar en el campo. Para las naves espaciales tenemos que hacer un arreglo fundamental: deben desprenderse de la atracción de la Tierra, salirse del campo de gravedad. Trescientos veinte kilómetros alrededor de la Tierra, envolviéndola, está el campo. Si estás bajo la acción del campo serás traído de regreso. Si traspasas los trescientos veinte kilómetros, la Tierra deja de poder influenciarte.
Lo Divino no puede tirar de ti al menos que estés totalmente puro, a menos que te vuelvas luz. Entonces, con igual velocidad, entras en lo Divino. De modo que esta entrada en la luz es el último esfuerzo. Una vez has sido purificado comienzas a gravitar. No necesitas moverte, eres atraído. Esta gravedad se conoce como Gracia: la fuerza de gravedad de lo Divino es la Gracia. La Gracia no es realmente una ayuda, ¡no! Es sólo una ley. Dios no otorga la Gracia solamente a algunos, no es así. No es parcial. La Tierra no es gravitacional únicamente para algunos. En el instante en que entras en el campo, la ley empieza a hacer su trabajo.
No digas pues que Dios otorga la Gracia, no digas que Dios es generoso, no digas que tiene compasión. No es cierto. Dios significa «La Ley de la Gracia». La ley comienza a operar. Una vez entras en su campo, la ley comienza a operar. Una vez te conviertes tú mismo en la luz, la ley comienza a trabajar y tú comienzas a gravitar.
Dije que la luz es la base de la vida. Incluso la ciencia coincide en esta frase. La ciencia acaba en este punto, no hay más allá para la ciencia. La religión tiene un más allá porque la religión dice que incluso más allá de la luz se halla la Existencia.
Otra cosa: la luz existe, por eso la luz posee dos cualidades: que es luz y que es existencia. Aun la luz no es lo supremo, pues posee dos cualidades: luz y existencia. La religión dice que la existencia puede darse sin luz, pero que la luz no puede darse sin existencia. Así que hay un paso más: la religión dice, «Dios es pura Existencia». Por eso, para la gente realmente religiosa, esta palabra o esta frase de «Dios es», es una falacia porque «Dios» y «es» significan lo mismo.
Una mesa «es», pero decir «Dios es» no es correcto. El hombre «es» porque puede «no ser», así que el hombre y «ser» son dos cosas concatenadas. Pero pueden ser separadas. Pero «Dios es» no es correcto porque Dios quiere decir «ser». O sea, es tautológico, repetitivo. Decir «Dios es» es tan absurdo como decir «Es es» o «Dios Dios». «Dios es» significa lo mismo que «Dios Dios» o «Es es». No tienen sentido, son absurdas. El «ser» es Dios. Por eso la religión lo reduce aún más y dice que cuando entras en la luz, entras en el «Ser», en la Existencia, en Eso. De modo que la luz es el aura de Eso. Cuando entras en la luz, entras en el aura. Pero en el instante en que entres en el aura serás succionado sin dilación. ¡Sin dilación!
Y ahora otra cosa. Dije que la luz se mueve a la más alta velocidad posible: 300.000 km por segundo. ¡Cuánto avanza la luz en un sólo segundo, en un minuto, en una hora, en un año! La unidad con la que los físicos miden su movimiento es el año luz. Un año luz significa la distancia que recorre la luz en un año a esta velocidad. Todavía esto es un movimiento en el tiempo. Es muy rápido, pero aún así a la luz le toma tiempo el desplazarse. Como dije, la luz no requiere de medio alguno, no necesita ningún vehículo, no necesita energía prestada, pero aún así la luz requiere de tiempo. Así para la religión, la luz necesita de algo sin lo cual es incapaz de desplazarse. Por eso la luz aún depende del tiempo.
La religión dice que debemos ahondar aún más para encontrar algo que no requiera ni siquiera de esa dependencia del tiempo. Para nosotros eso no tiene sentido. ¿Cómo se va a mover la luz sin medio alguno? Pero la ciencia afirma que se mueve. Y es así. La religión dice, «No te alteres. ¿Cómo puede existir Dios sin tiempo?» El «es», y Dios se mueve sin tiempo; la consciencia se mueve sin tiempo.
La luz posee la velocidad más elevada según las mediciones de la ciencia, pero en cierto modo es la más alta debido a que no puede decirse que la Existencia posea una mayor velocidad. En realidad la Existencia se mueve sin depender del tiempo. No es cuestión de velocidad. No podemos decir cuanto se mueve en un segundo. El movimiento es absolutamente absoluto. No hay intervalo. Por eso cuando uno penetra en esta Iluminación, es succionado. Incluso la palabra «succionado» requiere de cierto tiempo para ser pronunciada, pero el mismo fenómeno de ser succionado es intemporal.
Cuando digo «succionado», conlleva un tiempo, se pierde un tiempo. Pero, en realidad, cuando alguien entra en la Iluminación, no se requiere ni ese tiempo. No hay un intervalo. Eres succio-nado y más allá de esa luz está Dios, el templo. Esta luz únicamente te baña, te purifica, como un fuego. Te purificas. Y en el instante en que eres purificado: la entrada, la explosión.
Con la luz te vuelves inmortal, pero todavía percibes. Percibes que has penetrado en la inmortalidad. Pero al entrar en Eso, en el «ser», no percibes ni tan siquiera la inmortalidad. La vida y la muerte carecen ahora de sentido, sólo existe el «ser». Tú «eres», sin condiciones. Esa condición de «ser» es lo Supremo para la religión.
La luz es el campo, la mente está alrededor del campo y nosotros estamos alrededor de la mente, vivimos fuera de la mente. Por eso uno ha de entrar en la mente, luego en la luz y luego en lo Divino. No obstante nos mantenemos vagando alrededor, fuera de la mente. Este estado de estar siempre fuera de casa se ha vuelto un hábito fijo. Nos hemos olvidado de que vivimos en la terraza. Es cómodo, la terraza es un sitio cómodo para estar afuera. Por eso es por lo que nos hemos quedado ahí: es cómodo. Podemos desplazarnos por el exterior siempre y, puesto que nuestros deseos y nuestra mente están siempre en el exterior, vivimos en la terraza. De modo que en cualquier momento, a cualquier oportunidad de irnos, nos vamos. Hemos olvidado el que hay un hogar y que este salir afuera es convertirse en un mendigo. Entrar en la casa significa que has de girar la vista ciento ochenta grados y que has de utilizar tus ojos de una nueva manera, y que tendrás que atravesar una noche oscura. Tan sólo debido a un hábito fijo.
Los místicos cristianos han hablado mucho sobre «la noche oscura del alma». Esta es la noche oscura, debido a que nuestros ojos están fijos. Como dije, uno se vuelve miope, otro se vuelve hipermétrope. Y si continúa mirando a lo lejos, se vuelve incapaz de ver de cerca. Y si continúa mirando cerca, se vuelve incapaz de ver a lo lejos. Los ojos se vuelven fijos. Se vuelven mecánicos, pierden flexibilidad. Así como unos se han vuelto mío-pes y otros hipermétro-pes, nos hemos vuelto «externo-pes». Hemos de desarrollar la «interiorización» (*).
Puede que conozcas la palabra «interiorizar», pero puede que nunca hayas oído la palabra «externo-pe». Sabes que es «interio-rizar», pero carece de sentido a menos que entiendas que significa «externo-pe». Nos hemos vuelto «externo-pes», fijos en lo externo; hemos de desarrollar el «interno-pe», la interiorización. Siempre que tengas tiempo, cierra tus ojos, cierra tu mente al exterior y trata de penetrar en ella. Al comienzo te hallarás en una noche oscura. No habrá nada más que oscuridad. No seas impaciente. Espera y observa y poco a poco la oscuridad se irá disipando y serás capaz de percibir muchos fenómenos internos. Y únicamente cuando te vuelvas consciente del mundo interno, sólo entonces podrás darte cuenta dónde está el origen de donde procede esta luz. Entonces entra en el origen. A esto los Upanishads le llaman «el baño».
¡Cuán estúpida es la mente humana! Lo ritualizamos todo y se pierde el significado. Sólo permanecen entonces los estúpidos rituales. Así nos bañamos antes de acudir al templo. Y no hay ni templo ni baño. El templo está adentro y el baño también. Y este baño, dicen los Upanishads, es el baño en la Iluminación interna.
La luz es en realidad el puente entre lo Divino y el mundo. Lo Divino crea al mundo al crear la luz. La luz es la primera creación, y luego la luz se condensa y sobreviene la materia; luego la luz crece; digo que la luz crece, y luego aparece la vida; entonces la vida crece y aparece el amor.
Luz, vida, amor, esas son las tres capas. No te quedes en la segunda. O retrocede a las raíces o asciende hasta la semilla otra vez, a las flores. Desciende hasta la luz o asciende hasta las flores. Y hay dos caminos. Uno es el camino del conocimiento. «Conoci-
miento» significa descender hasta la luz. Con «Gyana Yoga» el verdadero secreto que se oculta es éste: descender hasta la luz. Y luego está el «Bakti Yoga», el camino de la devoción, que significa
ascender hasta el amor.
sábado, 23 de febrero de 2008
Meditación para gente ocupada
Primer paso : Inhala y repite… " Suavemente, con mucha lentitud, permite que tus pulmones se llenen completamente, y al hacerlo, repítete a ti mismo lo que quieres traer a tu vida, por ejemplo, ' voy a experimentar la meditación'.
Segundo paso: Aguanta la respiración y repite…
Cuando tus pulmones estén completamente llenos, aguanta la respiración por un momento y repite:' Voy a experimentar la meditación'. Puede que te pongas nervioso, sentirás que quieres exhalar, pero, aguantando aún la respiración repite:'Voy a experimentar la meditación'.
Tercer paso: Exhala y repite…
Ahora, empieza a exhalar lentamente, repitiendo otra vez: 'Voy a experimentar la meditación'. Continúa exhalando hasta que sientas que estás vacío, y repite: 'Voy a experimentar la meditación'.
Cuarto paso: Vacío, repite...
Ahora, mientras te sientes completamente vacío, retén este vacío, no inhales, y repite:'Voy a experimentar la meditación', tan frecuentemente como puedas. .
Quinto paso: Inhala…
Ahora empieza a inhalar lentamente. Cada inhalación y cada exhalación forman una serie. .
Sexto paso:Descansa
Cuando hayas hecho esto cinco veces, endereza la espalda, respira despacio, siéntate en silencio con el cuerpo suelto y relajado y los ojos cerrados durante cinco minutos.
'Experimentaré el silencio, experimentaré la meditación. Tengo la determinación de que voy a experimentar la meditación. Permite que todo tu ser asuma ese voto de entrar en la meditación. Permite que ello resuene en todo tu ser. Esto tendría que alcanzar el nivel más profundo de tu conciencia.
durante este período de descanso, la resolución que has tomado se asentará más profundamente dentro de ti. Repite la resolución cinco veces. Luego, sentado e inmóvil, observa tu respiración durante cinco minutos, respirando lentamente. Cuando te vayas a la cama, repite este ejercicio entre cinco y siete veces, lo suficiente como para que lo sientas cómodo. Duérmete luego pensando: 'Estaré en silencio; éste es mi propósito'. Cuando te coge el sueño, este pensamiento está contigo. Apaga entonces la luz.
Si exhalas completamente, si dejas de inhalar, ¿qué sucede?. Si exhalo completamente y luego me cierro la nariz y no inhalo,¿ que sucederá?¿ No luchará todo mi ser por inhalar en unos instantes? ¿ No va a gritar cada poro de mi cuerpo y los millones de células pidiendo aire?. Entre más intente aguantar la respiración, más profundamente se extenderá el anhelo de tener aire en mi mente inconsciente. Entre más aguante mi respiración, más aire va a ser pedido por la parte más interior de mi ser. Ya no será más una simple intención; el nivel más externo no va a ser el único afectado; ahora se ha convertido en un asunto de vida o muerte. Ahora los niveles más profundos, los niveles subterráneos van a pedir también aire.
En ese momento, cuando llegas a un estado en el que todo tu ser está pidiendo aire, tendrías que repetirte a ti mismo:' Voy a experimentar la meditación...Tu cuerpo pedirá aire y tu mente repetirá este pensamiento. Entre más fuerte sea la demanda de aire, más profundamente entrará tu decisión en tu interior. Si todo tu ser está luchando y tú repites esta frase, tu resolución se incrementa muchas veces. De esta forma alcanza tu mente inconsciente".
viernes, 22 de febrero de 2008
Sobre el Nuevo Hombre
Un nuevo hombre nace cada dia, con la educacion apropiada este seria un semidios. (Abel Desestress)
Yo instruyo al hombre nuevo, a una nueva humanidad, un nuevo concepto de ser en el mundo. Yo proclamo al homo novus . El hombre viejo está agonizando, y no hay ninguna necesidad de ayudarlo a que sobreviva más. El hombre viejo está en el lecho de muerte: no te lamentes por él -- ayudalo a morirse. Porque sólo con la muerte de lo viejo puede nacer lo nuevo. La cesación de lo viejo es el principio de lo nuevo.
Mi mensaje para la humanidad es el hombre nuevo . No será menos que eso. No es algo modificado, no es una continuación con el pasado, es algo absolutamente discontinuo.
El hombre hasta ahora no ha vivido de verdad, auténticamente; el hombre ha vivido una pseudovida. El hombre ha vivido con una gran patología, el hombre ha vivido con una gran enfermedad. Y no hay ninguna necesidad de vivir con esta patología -- nosotros podemos salir de la prisión, porque la prisión está hecha con nuestras propias manos. Nosotros estamos en la prisión porque hemos decidido estar en ella -- porque hemos creído que la prisión no es una prisión, que es nuestra casa.
Mi mensaje a la humanidad es: ¡Básta! ¡Es demasiado!. ¡Despierta! Mira qué es lo que el hombre se ha hecho a sí mismo. En tres mil años ha habido cinco mil guerras. No puedes llamar a esto una humanidad saludable. Y sólo de vez en cuando un ha florecido Buddha . Si sólo de vez en cuando en el jardín una planta florece, y las demás partes permanecen sin flores, ¿lo llamarías un jardín? Algo muy básico ha salido mal. Cada persona nace para ser un Buddha: menos de eso no va satisfacerte.
Yo declaro tu condición de Buddha.
¿Pero qué ha salido mal? ¿Por qué ha vivido el hombre durante miles de años en un infierno? Durante miles de años hemos vivido con los conceptos de que el hombre es un campo de batalla entre lo inferiior y lo superior, lo material y lo espiritual, lo de este mundo y lo del otro mundo, entre lo bueno y lo malo, entre Dios y el Diablo. Como consecuenca de esto se ha limitado el potencial humano .
Para destruir al hombre, para destruir su poder, se ha usado una gran estrategia -- y esta es dividir al hombre en dos. El hombre ha vivido con el concepto de "esto o aquello",: ser materialista o ser espiritualista. Le han dicho que no puedes ser ambos. El cuerpo o el alma -- Te han enseñado que no puedes ser ambos.
Esta causa ha sido la raíz de la miseria de hombre. Un hombre dividido contra sí mismo, permanecerá en infierno. El cielo nace cuando el hombre deja de estar dividido. Un hombre es miserable a causa de su división y un hombre es bendecido por medio de su integridad.
Hasta ahora, la humanidad ha estado esquizofrénica, porque le han enseñado a reprimir, rechazar, negar, muchas partes naturales de su ser . Y rechazándolos, negándolos, tú no puedes destruirla; simplemente se entierran. Siguen funcionando en tu inconsciente; se tornan mucho más peligrosos.
El hombre es un todo orgánico. Y todo lo que Dios le ha dado al hombre debe ser usado; nada tiene que ser negado. El hombre puede ser una orquesta; todo lo que se necesita es el arte de cómo crear una armonía dentro de sí mismo.
Pero tus mal lamadas religiones han estado enseñándole distintas formas de desarmonía, la discordia, el conflicto. Y cuando estás luchando contra tí mismo sigues disipando tu energía. Permaneces embotado, poco inteligente, tonto -- porque sin una gran energía nadie es inteligente en la vida. Cuando la energía rebosa entonces es que hay inteligencia. El rebosar de la energía es la causa de que la inteligencia crezca. Y el hombre ha vivido en una pobreza interior.
Mi mensaje a la humanidad es: Creemos a un nuevo hombre -- sin divisiones, íntegro, entero.
Buddha no está entero, ni tampoco Zorba el griego. Los dos son mitad y mitad. Yo amo a Zorba, yo amo a Buddha. Pero cuando miro profundamente en el centro de Zorba veo que algo está perdido: no tiene alma. Cuando miro profundamente en el centro de Buddha veo que algo está perdido: no tiene cuerpo.
Es una gran reunión lo que yo predico: la unión de Zorba y Buddha. Yo predico a Zorba El Buddha -- una nueva síntesis. La reunión de la tierra y el cielo, la reunión de lo visible y lo invisible, la reunión de todas las polaridades -- del hombre y la mujer, del día y la noche, del verano y el invierno, del sexo y el samadhi. Sólo con esta reunión un nuevo hombre llegará a la tierra.
Mis sannyasins, mi gente, son los primeros rayos de este hombre nuevo.
La división interna ha llevado a la humanidad a un estado de suicidio. Ha creado sólo a esclavos -- y los esclavos realmente no pueden vivir, no tienen nada por que vivir. Están viviendo para otros. Se han reducido a máquinas; hábiles, eficaces, pero una máquina es una máquina. Y la máquina no puede tener alegría de vivir. No puede celebrar, sólo puede sufrir.
Las religiones viejas creyeron en la renuncia. La renuncia ha sido una maldición. Yo os traigo una bendición: Yo os enseño el regocijo, no la renuncia. No debemos renunciar al mundo, porque Dios no ha renunciado de él -- ¿por qué debemos hacerlo? Dios es... ¿por qué debes estar fuera de él?
Vívelo en su totalidad -- y viviendo totalmente transcenderás. Entonces la unión de la tierra y el cielo es tremendamente hermosa; no hay nada perdido. Entonces las polaridades desaparecen en nosotros y los polos opuestos se vuelven complementarios.
El hombre viejo no era muy humano. Él era un humanoide, un homo mechanicus -- un hombre que no está completo. Y el hombre que no está completo nunca puede ser un santo.
El nuevo hombre está viniendo, llegando, todos los días. Es una minoría, es natural -- pero los nuevos mutantes han llegado, las nuevas semillas han llegado. Y este siglo, en este fin de este siglo, va a ver la muerte de toda la humanidad o el nacimiento de un nuevo ser humano.
Y todo depende de tí. Si sigues enganchado a lo viejo, entonces estarás enganchado a un gran suicidio, un suicidio universal, en todos los sentidos. El hombre viejo está listo para morirse; el hombre viejo ha perdido el entusiasmo para vivir.
Por eso todos los países están preparados para la guerra. Y la Tercera Guerra Mundial será una guerra total. Nadie va a resultar ganador, porque nadie va a sobrevivir. No sólo el hombre va a ser destruido; también toda la vida en tierra.
¡Ten cuidado ! Ten cuidado con tus políticos -- todos ellos son suicidas. Ten cuidado con el viejo condicionamiento que te divide como indio, como alemán, como japonés, como americano. El nuevo hombre va a ser universal. Él transcenderá todas las barreras de raza, religión, sexo, color. El nuevo hombre no será del Este ni del Oeste; el nuevo hombre exigirá a la tierra entera como su casa.
Sólo entonces la humanidad puede sobrevivir -- y no sólo sobrevivirá -- con la llegada de un nuevo concepto de hombre.... El viejo es el concepto de "este/o "; el nuevo será " ambos/y ". El hombre tiene que vivir una vida rica por fuera y una vida rica por dentro; hay ninguna necesidad de escoger. La vida interna no está contra la vida externa; ellas son parte del ritmo.
Tú no necesitas ser pobre por fuera para ser rico por dentro. Y para ser rico por fuera no necesitas que decaiga tu riqueza interior. Eso es cómo ha sido hasta ahora . Occidente ha escogido una manera: ¡Seamos ricos por fuera ! Oriente ha escogido otra: ¡Seamos ricos en el interior! Los dos están desequilibrados. Los dos han sufrido, los dos están sufriendo.
Yo predico tú riqueza total. Se rico por fuera a través de la ciencia, y se rico en tu centro más profundo a través de la religiosidad. Y ésto es lo que te hará uno, orgánico, un individuo.
El nuevo hombre no es ningún campo de batalla, ninguna personalidad desdoblada, sino una imagen de un hombre unificado, único, totalmente sinergético con la totalidad de la vida . El nuevo hombre incluye una imagen cambiante, más viable, una nueva manera de ser en el cosmos, una manera cualitativamente diferente de percibir y experimentar la realidad. Entonces, por favor, no lamentes el paso de lo viejo. Regocíjate de que lo viejo está agonizando, la noche está agonizando y el alba está en el horizonte.
Yo me alegro, realmente me alegro, de que el hombre tradicional esté desapareciendo, de que las viejas iglesias estén volviéndose ruinas y que los viejos templos se abandonen. Yo me alegro inmensamente de que la vieja moralidad esté dando de bruces en el suelo.
Esta es en verdad una gran crisis. Si aceptamos el desafío, ésta es una oportunidad para crear lo nuevo. Nunca se ha estado tan a punto en ningún momento del pasado.Tú estás viviendo en una de las épocas más hermosas, porque lo viejo está desapareciendo, o ha desaparecido, y un caos se ha creado. Y sólo de los caos nacen las grandes estrellas .
Tú tienes la oportunidad de crear un cosmos nuevo. Ésta es una oportunidad que sólo se presenta de vez en cuando; muy rara. Eres afortunado por estar vivo en estos tiempos críticos. Usa la oportunidad para crear al hombre nuevo.
Y para crear al hombre nuevo tienes que empezar por tí.
El hombre nuevo será un místico, un poeta, un científico, todos juntos. No mirará vida a través de las podridas y viejas divisiones. Será un místico, porque sentirá la presencia de Dios. Será un poeta, porque celebrará la presencia de Dios. Y será un científico, porque investigará esta presencia a través de la metodología científica. Cuando un hombre es la unión de estos tres, el hombre está completo.
Ése es mi concepto de un hombre santo.
El hombre de antes era represivo, agresivo. El hombre de antes fue destinado a ser agresivo porque la represión siempre trae agresión. El nuevo hombre será espontáneo, creativo.
El hombre de antes vivió a través de las ideologías. El nuevo hombre no vivirá a través de las ideologías, ni a través de las moralidades, sino a través de la conciencia. El nuevo hombre vivirá a través de conocimiento. El nuevo hombre será responsable -- responsable por él y la existencia. El nuevo hombre no será moral en el viejo sentido; él será amoral.
El hombre nuevo trae un nuevo mundo con él. Ahora mismo el nuevo hombre está destinado a ser una minoría mutante, pero él es el portador de una nueva cultura, la semilla. Ayúdalo. Anuncia su llegada desde lo alto de tu casa: ése es mi mensaje para tí.
El hombre nuevo es abierto y honrado. Es transparentemente real, auténtico y se autodescubre. No será un hipócrita. No vivirá a través de las metas: vivirá aquí y ahora. Conocerá sólo un tiempo, ahora, y sólo un espacio, aquí. Y a través de esa presencia él sabrá qué Dios existe.
¡Regocíjate! El hombre nuevo está llegando, el viejo se va. El viejo ya está en la cruz, y el nuevo ya está en el horizonte.
jueves, 21 de febrero de 2008
¿Es el anhelo de amor una estupidez?
El amor puede existir en dos dimensiones: horizontal o vertical. Estamos familiarizados con el amor horizontal; ésa es también la dimensión del tiempo. La vertical es la dimensión de la eternidad.
En tu corazón anhelas lo permanente; ahí has mal interpretado. Pero esa mala interpretación es casi universal porque conocemos sólo un plano: el horizontal, la dimensión del tiempo. En esa dimensión hay sólo dos posibilidades:
O algo es momentáneo, o es permanente. Pero lo permanente no es otra cosa que muchos momentos uno junto al otro; eso también empieza y termina. La permanencia no es eterna, no puede serlo. Nada puede ser eterno en el tiempo. Lo que nace en el tiempo está destinado a morir con el tiempo. Si hay un principio, hay un fin.
Y tu amor tiene un comienzo; empieza en un cierto momento en el tiempo. Entonces tiene que acabar. Sí, puede terminar más tarde o más temprano. Si termina rápido tú lo llamas momentáneo; si tarda un poco más de tiempo en llegar a su fin, lo llamas permanente. Pero esa permanencia tampoco llenará de satisfacción al corazón, porque el corazón anhela aquello que no acaba nunca, aquello que es para siempre. Es la añoranza de Dios. Dios es otro nombre para el amor eterno.
Pero la mente no sabe nada acerca de la eternidad. El corazón añora lo eterno, pero la mente continuamente interpreta los anhelos del corazón. Y la mente sólo conoce, o bien un amor vivido durante muy poco tiempo, o el amor vivido durante un poquito más de tiempo. Pero aunque el amor perviva un poco más, el miedo de que se acabe siempre estará ahí. Y tu miedo está justificado; se va a terminar. En realidad, durará más si no eres inteligente. Si eres muy, muy torpe y muy, muy poco inteligente te llevará mucho tiempo el darte cuenta de la futilidad de ese amor. Si eres muy inteligente se acabará rápido porque verás que no es gran cosa.
Cuanto más inteligente es una persona, más corta será la duración de su amor, del amor tal y como lo conoces. Por eso a medida que la Humanidad se vuelve más inteligente, el amor se va convirtiendo en un fenómeno de corta duración. En el pasado era casi permanente; no había algo como el divorcio. Todavía no hay algo como el divorcio en los países incultos. Cuanto más educado, culto y sofisticado se vuelve un país, el promedio de divorcios aumenta en la misma proporción, por la sencilla razón de que la gente se da cuenta de que se aburre el uno del otro. No tiene sentido seguir alargándolo, es mejor terminar.
Pero la mente puede terminar una cosa e inmediatamente sustituirla por otra ilusión, una y otra vez. La mente no aprende. Incluso la persona inteligente sigue sin aprender. Y la mente se ha hecho tan poderosa que nada de lo que surge del corazón llega nunca a ti, a tu ser, sin que ella la interprete.
El corazón dice "eternidad" y la mente interpreta "permanencia". Ahí es donde te equivocas. El anhelo del corazón es una dimensión vertical; ésa es la dimensión de la meditación.
No te estás comportando como un estúpido por culpa del anhelo del corazón, sino que lo estás interpretando mal. Tú anhelas un amor que nazca de la meditación, que no nazca de la mente. Ese es el amor del que hablo continuamente. Ese es el amor del que habla Jesús; ése amor es Dios. No es tu amor; tu amor no puede ser Dios. Tu amor es solamente un fenómeno mental; es biología, es fisiología, es psicología, pero no es eterno.
Te sugiero que si realmente estás dispuesto a satisfacer el anhelo de tu corazón, olvides entonces todo lo referente al amor. Primero dedícate a la meditación, porque el amor surgirá de la meditación. Es la fragancia de la meditación. Meditación es la flor. Deja que se abra. Deja que te ayude a moverte en la dimensión de lo vertical, en la no mente, en la ausencia de tiempo, y entonces, de pronto, verás que la fragancia está ahí. Entonces es eterno, entonces es incondicional.
Ningún sueño puede ser permanente y tu amor es un sueño. Y la mente sólo puede soñar; no puede darte la realidad.
Sal de la mente. Olvida todo sobre el amor. No tienes ninguna comprensión del amor; no puedes tenerla. Sólo a través de la meditación cambiarás la dimensión de tu ser. De la horizontal pasarás a la vertical. De vivir en el pasado y en el futuro... Ahora bien, ¿por qué ese querer la permanencia? "Permanencia" quiere decir que estás tratando de contar incluso con el futuro. Quieres que siga siendo como es, aun en el futuro, pero, ¿por qué? En realidad ya debe de haber volado lejos; sólo entonces empiezas a pensar en lo permanente.
Cuando dos amantes están realmente ilusionados no piensan en la permanencia de su amor. Pregunta a cualquier pareja de amantes en sus días de luna de miel; no les importa. Saben que van a estar juntos para siempre.
Pero en el momento en que empieza a escaparse de tus manos, la mente dice: "Ahora aférrate. Hazlo permanente. Haz todo lo que puedas para hacerlo permanente. No te fijes en las fisuras que se están produciendo. No mires, evítalo, olvídalas del todo. Sigue tapándolas, arréglatelas de algún modo".
Pero estás pidiendo lo imposible.
Yo te puedo enseñar meditación y desde ella surgirá una cualidad diferente de amor . Entonces no será tontear. Entonces será sabiduría, no tontería. Entonces no "caes enamorado" (*); te elevas en el amor. Entonces el amor es una cualidad tuya.
Así como la luz rodea a la llama, el amor te rodea. Tú eres amoroso, eres amor.
Entonces es eterno. No está dirigido a nadie. Cualquiera que se acerque beberá de él. Cualquiera que se acerque a ti resultará fascinado por él, enriquecido por él. Un árbol, una roca, una persona, un animal, no importa. Incluso si estás sentado, solo... Buda, solo, sentado bajo su árbol está irradiando amor. El amor está constantemente lloviendo a su alrededor. Eso es eterno y ése es el verdadero anhelo del corazón
martes, 19 de febrero de 2008
El arte de escuchar
La escucha intelectual significa que cuando estás escuchando, simultáneamente estas argumentando en tu interior. Tiene lugar un constante debate. Te digo algo, tú estás escuchando y dentro se desarrolla constantemente un debate: sobre si esto es correcto o no. Comparas con tus propios conceptos, con tu ideología, con tu sistema. Así que, constantemente, mientras me escuchas, so-pesas si confirmo tus ideas o no, si estoy de acuerdo contigo o no, si lo aceptas o no, si te convenzo o no. ¿Cómo es posible que se de el escuchar de este modo? Estás demasiado lleno de ti mismo, por eso es milagroso que dentro de esta constante agitación seas capaz de escuchar algo. E incluso entonces, sea lo que sea que oyeres no será lo que he dicho. No puede serlo, porque cuando la mente está llena de sus propias ideas, colorea todo lo que le llega. Oye, no lo que se le está diciendo sino lo que quiere oír. Escoge, descarta, interpreta, y sólo entonces algo penetra, pero tiene ya una forma distinta. Esto es lo que quiero decir con el escuchar desde el intelecto.
Si quieres profundizar en lo que se dice, esta agitación interior ha de cesar. ¡Debe cesar! ¡No debe continuar! De otro modo, tú lo interpretas a tu estilo y estás destruyendo a cada momento la posibilidad de que algo te pueda suceder. Tú puedes perdértelo, y todo el mundo se lo está perdiendo.
Vivimos encerrados en nuestras mentes y llevamos este encapsulamiento dondequiera que vayamos. Veamos lo que veamos, oigamos lo que oigamos, suceda lo que suceda, nunca es transmitido a la consciencia interior directamente. La mente permanece como barrera entremedio, siempre confundiendo.
Uno debe darse cuenta de esto. Es lo primero para poder profundizar. Esto es lo primero para pasar al segundo estado de escucha: ser conscientes de lo que tu mente te está haciendo. Se entromete. Vayas dónde vayas, va antes que tú. No es como una sombra que te sigue. Tú te vuelves su sombra. Se pone en movimiento, y tú la has de seguir. Va delante tuyo y lo colorea todo. Por eso nunca estás en contacto con la «facticidad» de algo. La mente crea ficción.
Deberías darte cuenta de este fenómeno, de lo que la mente está haciendo. Pero no lo haces, porque estamos identificados con la mente, nunca creemos que la mente está haciendo algo. Cuando digo algo y no encaja totalmente con tus ideas, nunca piensas que sea la mente la que no encaja con lo que digo. Piensas, «No, no me convence». No tienes una distancia entre tú y tu mente. Estás identificado; ese es el verdadero problema. Así es como la mente puede engañarte.
Te identificas con una idea o con un proceso mental. Y es extraño, porque tan sólo dos días antes ese pensamiento no era tuyo. Lo oíste en algún lado, ahora lo has absorbido y se ha vuelto tuyo. Y ahora este pensamiento te dirá: «No, esto no es lo correcto porque no encaja conmigo». No percibirás la diferencia de que es la mente la que está hablando, de que es la memoria la que está hablando, de que es el mecanismo el que está hablando. No sentirás que «Debo permanecer distante».
Incluso si tienes que comparar, si tienes que juzgar, debes permanecer distante, separado de tu memoria, de tu mente, de tu pasado. Pero hay una identificación sutil: «Mi mente soy yo». Por eso digo : «Soy un comunista» o «Soy católico» o «Soy hindú». Nunca digo: «Mi mente se ha desarrollado de tal forma que mi mente es hindú». Este es el hecho: tú no eres hindú. ¿Cómo puedes ser tú un hindú? Sólo la mente lo es. Si tú fueras hindú no existiría posibilidad alguna de transformación.
La mente puede ser cambiada y tú debes ser capaz de cambiarla. Si te identificas con ella, pierdes tu libertad. La mayor libertad es liberarte de tu propia mente. Lo más grande, lo digo: liberarte de tu propia mente. Porque es una dependencia sutil, tan profunda que nunca percibes que es una dependencia. La prisión misma se vuelve tu casa.
Mantente constantemente alerta sabiendo que tu mente no es tu consciencia. Y cuando más consciente seas, más percibirás que la consciencia es algo totalmente distinto. Consciencia es la energía; mente es sólo el contenido de ideas. ¡Sé su amo! No le permitas que se vuelva ella el amo, no le permitas que te dirija en todo. Haz que te siga, úsala, pero no seas usado por ella. Es un instrumento, pero nos identificamos con este instrumento. ¿Mmm? Rompe la identificación. Recuerda que tú no eres la mente.
Pero en realidad la gente llamada religiosa siempre recuerda: «No somos el cuerpo». Nunca recuerdan. «No somos la mente». Y el cuerpo no constituye esclavitud ninguna. ¡La mente es la esclavitud! ¡Tu cuerpo no es una esclavitud en absoluto! Tu mente lo es. Y, en verdad, tu cuerpo proviene de la naturaleza, de lo Divino, y tu mente proviene de la sociedad. Por eso el cuerpo posee una belleza, pero nunca la mente. La mente siempre es algo feo. Es una cosa cultivada, un falso montaje. El cuerpo constituye una dimensión maravillosa. Y si puedes desprenderte de la mente, no percibirás conflicto alguno con el cuerpo. El cuerpo se transforma en una puerta hacia algo más grande, hacia la expansión infinita. No hay nada desagradable en el cuerpo, ¿mmm?, es un florecimiento natural. Pero la gente llamada reli-giosa está siempre en contra del cuerpo y a favor de la mente. ¡Y han creado tanto revuelo! ¡Han creado tanta confusión! Y han destruido toda sensibilidad, porque el cuerpo es la fuente de toda sensibilidad. Si decides empezar a ir en contra del cuerpo, te vuelves un insensato.
La mente es sólo una acumulación de conocimiento del pasado, de información, de experiencias. Es sólo un ordenador. Estamos identificados con él. Uno es cristiano, uno es hindú, uno es comunista, uno es católico, uno es esto y lo otro, pero nunca se es uno mismo, siempre identificándote con algo, de alguna manera. Recuerda esto: mantente alerta y crea una distancia entre tú y tu mente. Nunca crees distancia entre tú y tu cuerpo. ¡Crea una distancia entre tú y tu mente! Te sentirás más vivo, más como un niño, más inocente y más consciente.
Por eso lo primero es crear una distancia, esto es, no identificarse. Recuerda que no eres la mente y entonces el primer tipo de escucha cambiará hacia el segundo.
El segundo es emocional, compasivo, profundamente sentido. Es una actitud amorosa. Estás escuchando música u observando una danza; no te acuerdes del intelecto, empiezas a participar. Cuando estás viendo una danza, tus pies comienzan a participar; cuando escuchas música, tus manos empiezan a participar, empiezas a volverte parte de ella. Este es un modo de escuchar desde el sentimiento; más profundo que el intelecto. Por eso es porque, siempre que eres capaz de escuchar con tu corazón y sentimientos, te sientes dichoso, te sientes transportado a algún lugar. No estás en este mundo. En realidad, estás en este mundo, pero sientes que no estás en este mundo. ¿Por qué? Porque no perteneces al mundo del intelecto. Se abre una dimensión distinta, empiezas a estar activamente en ella.
El intelecto es siempre un observador desde afuera, nunca desde dentro. Por eso, cuanto más crece lo intelectual en el mundo, más nos volvemos pasivos observadores. En todo. No bailarás, verás a otros bailar. Si esto sigue así como va ahora, día a día, pronto no vas a estar haciendo nada. Tan sólo observarás a los demás hacer. Esto se hará posible algún día: no amarás. Se ha vuelto realidad, ahora. Observas a los demás como aman. ¿Qué es lo que estás viendo en una película? ¡A los otros amándose! Eres tan sólo un observador. Un observador pasivo, muerto. Contem-plas cómo juegan los demás. Observas a los demás como cantan, cómo bailan.
En alguna parte un personaje de Camus dice: «El amar no es para mí. Mis sirvientes lo harán». ¡Amar! ¡Un hombre realmente rico! Incluso el amor ha de ser hecho por sus sirvientes. ¿Por qué debería él de hacerlo? La lógica es la misma. Si los sirvientes pueden interpretar la música por ti, si tus sirvientes pueden orar por ti, ¿porqué no amar? Un sirviente está rindiendo culto en tu lugar en el templo, así qué ¿porqué no amar? Si un sirviente puede ser empleado entre tú y lo Divino, ¿porqué no entre tú y tu amado o tu amante? ¿Qué hay de malo en ello? La lógica es la misma. Y, verdaderamente, pronto los que sean ricos dejarán de hacer el amor por sí mismos, porque sus sirvientes pueden hacerlo. Sólo los pobres tendrán que hacer el amor por sí mismos y se sentirán desgraciados por ello. Todo puede ser delegado. Puedes mante-nerte sólo como observador, porque el intelecto es básicamente un observador, nunca un participante. Si creamos un mundo en torno al intelecto, esto es lo que va a ocurrir.
El segundo centro está más implicado. Empiezas a participar. Te digo que comprenderás más si comienzas a participar porque en el instante en el que te mueves con el sentir, tu mente está abierta. Más abierta que cuando estás en constante disputa. Está abierta, receptiva, invitando.
Así es cómo uno puede escuchar a través del sentimiento. Pero hay todavía algo más profundo que el sentimiento y a esa profundidad yo la llamo escucha total. Con todo tu ser, porque el sentimiento es, de nuevo, una parte. El intelecto es una parte, el sentimiento es otra parte, la fuente de acción es otra. Hay muchos componentes en tu existencia, en tu ser. Puedes escuchar con el sentimiento mejor que con el intelecto, pero aún sigue siendo sólo con una parte. Y cuando escuchas con tu sentimiento, el intelecto se va a dormir, pues en caso contrario molestará. ¡Se va a dormir!
El tercero es la escucha total, sin apenas participar en ello, sino siendo uno con ello. Un modo es contemplar la danza con el intelecto; otro es sentir la danza y empezar a participar en ella. Sentado en tu asiento, el danzador danza. Comienzas a participar, empiezas a llevar el ritmo. Y el tercero es volverse la danza misma. No el danzador, sino la danza. La totalidad del ser está implicada. No estás afuera siquiera para percibirlo: ¡Tú eres ello!
Así que recuerda que el conocimiento más profundo es posible sólo cuando te vuelves uno con algo. Mediante la fe.
¿Cómo llegar a ello? Sé consciente de tu intelecto, desiden-tifícate de la mente. Luego viene el segundo: el sentir. Sé consciente de que el sentimiento es sólo una parte y todo tu ser yace muerto. La totalidad no está ahí, así que trae la totalidad a ello. Cuando la totalidad se hace presente no es que se reniegue del intelecto o que se reniegue del sentimiento. Ellos están ahí, pero ahora están sumidos en una diferente armonía. No se niega nada. Todo está ahí, pero ahora según un esquema distinto. Todo el ser participa, está en ello, se ha vuelto ello.
Por eso, cuando escuchas, hazlo como si te hubieras conver-tido en el escuchar en sí. Cuando digo algo, déjalo que penetre en ti sin lucha, sin emotividad, sino de un modo total. ¡Sé ello! Déjalo que entre. ¡Que vibre, sin resistencia, sin sentimiento, pero con plenitud! Experiméntalo y comenzarás a vivir una nueva dimen-sión de la escucha. Y esto no sólo es válido para el acto de escuchar: lo es para todo. Puedes comer así, puedes caminar así, puedes dormir así, puedes vivir así.
OSHO
lunes, 18 de febrero de 2008
¿Qué sombrío futuro nos espera?
El futuro solo aparece sombrío, pero siempre ha sido así, no hay nada nuevo. Se puede ir lo más atrás en la historia de la humanidad, al primer momento del principio cuando Adán y Eva fueron expulsados del Paraíso y encontrarán que el futuro siempre ha sido sombrío. Sólo piensa en Adán y Eva expulsados por Dios y las puertas cerradas detrás de ellos. ¿Cómo sería sul futuro? Debe haberles resultado muy sombrío. Todo lo conocido desapareció: la certeza, la seguridad, su mundo, todo les fue arrebatado ¿Cuál era la esperanza del futuro? Sólo oscuridad, muerte; debió de ser aterrorizador.
Y esto no es una parábola: cada vez que nace un niño, el futuro se ve sombrío, porque se le separa de nuevo de la matriz --del ambiente seguro de la matriz-- ; el niño desamparado es expelido ¿Qué piensa uno del niño? Los psicoanalistas dicen que el trauma más grande es el trauma del nacer y la persona lo sufre toda la vida. La palabra trauma viene de la raíz que significa “herida”. El trauma del nacimiento es la herida más grande; es raro encontrar una persona cuyo trauma de nacimiento haya sido sanado.
Sólo se cura cuando la persona llega a la iluminación, porque cuando una persona llega iluminarse vuelve a la matriz eterna de Dios; de otro modo la herida sigue doliendo.
La vida entera trata de esconder esa herida, pero ocultándola no desaparece. Cada niño que nace, viniendo del canal del nacimiento, debe sentir lo sombrío del futuro y cada uno lo ha sentido. Porque el futuro es desconocido, por eso aparece como sombrío.
No es algo nuevo que el hombre moderno está sintiendo; es como el hombre antiguo. Se puede ir a los registros más antiguos y en ellos, en las antiguas escrituras, se dice “el futuro es sombrío” y como corolario “el pasado era dorado”. “El futuro es sombrío”. El pasado era bueno, satyuag—la Edad del Verdad; y el futuro, kalyuag –la Edad de la Muerte, de la Oscuridad.
Esta es una actitud profunda en la mente; no tiene nada que ver con el tiempo y la realidad que lo rodea y hay que eliminar esa actitud pesimista, Ruparahi. Todo depende de tu forma de verlo.
Por ejemplo, es sencillo decir: “El peso de Occidente es un apesada carga sobre los hombros del mundo: la bomba atómica” y nadie discute eso, es obvio. Pero quisiera que lo pensaran de nuevo, reconsidéralo. De hecho, es la bomba atómica la que ha hecho imposible la guerra. Ahora no puede haber guerra.
En el pasado podríamos haber continuado con las guerras porque nuestras guerras eran ineficientes, no había peligro. Por eso, épocas atrás, en tres mil años, hemos peleado en cinco mil guerras; no había problemas, era un juego justo. Y la egoísta mente masculina disfrutaba mucho. Lo necesitaba. Y las guerras habrían continuado si no hubiera habido bomba atómica. La bomba atómica es el fin de la guerra.
El futuro no es sombrío. La verdadera existencia de la bomba atómica significa ahora que si nos decidimos por la guerra, será un suicidio universal ¿Quién está dispuesto a asumir ese riego? Nadie puede ganar y todos morirán; nadie saldrá ganador ¿pará quéentonces? La guerra sólo es significativa si alguien puede ganar y alguien salir vencido. La guerra se vuelve absurda si nadie puede ganar y ambos son destruidos. Es sólo por la existencia de la bomba atómica que Rusia y Estados Unidos han evitado la guerra; si no, la guerra sería inevitable. Ambos están preparados, absolutamente preparados, pero la bomba atómica lo hace imposible.
Ahora es ridículo ir a la guerra si ambos bandos van a ser destruidos ¿para qué? La bomba ha logrado que desparezca la motivación.
Cuando pienso en la bomba, veo una gran esperanza. No soy nada pesimista. Creo que las cosas mejorarán cada día más. Os sorprendereis; las cosas mejorarán cada vez más, pero es muy simple si podeis comprenderlo.
Es gracias a la bomba atómica que la guerra sería total. Hasta ahora, era algo parcial donde unos pocos morían, pero ahora, toda la Tierra moriría; hemos logrado una supermuerte.. hay tantas bombas que podríamos matar a una persona unas mil veces, podríamos destruir unas mil Tierras como ésta. Esta Tierra es ahora pequeña respecto a nuestro poder destructivo. Comparado con nuestro poder destructivo, la Tierra no es nada.
Ahora, ¿Quién va a asumir ese riesgo y para qué? Nadie va a estar allí para saborear la victoria … nadie va a estar allí.
Osho.
domingo, 17 de febrero de 2008
El nuevo hombre
LA IDEA de un hombre mejor es una vieja idea, muy vieja, tan vieja como el hombre. Todo el mundo está deseando aceptar un hombre mejor, porque no necesita un cambio radical. Un hombre mejor significa que se te añade algo: sigues siendo el mismo, sigues siendo una continuidad; no hay discontinuidad. Y te enriqueces, mejoras. La idea de un hombre mejor tiene sus raíces en la avaricia, por eso todo el mundo la apoya. Los países ricos la apoyan, los países pobres la apoyan. India estaba totalmente a favor de Mahatma Gandhi porque quiso traer un hombre mejor. La idea de un hombre mejor es reformista, no es revolucionaria.
Pero la idea de un hombre nuevo es peligrosa porque requiere agallas. El requisito básico es que tienes que morir a lo viejo y tienes que nacer renovado; es un renacimiento. Por eso se oponen a mí. Y no sólo se oponen y me desacreditan en India, sino que se me opondrán y desacreditarán en todo el mundo. Aunque esté en Florida, sucederá lo mismo.
De hecho, hay más posibilidades de oposición en un país rico y poderoso que en un país pobre y hambriento, por la sencilla razón de que millones de indios no tienen ni idea de lo que está ocurriendo aquí. No tienen tiempo, no tienen interés. El nacimiento del hombre nuevo no es un asunto vital para ellos. Su problema vital es cómo sobrevivir, y ¡tú estás hablando del nacimiento del hombre nuevo! Ni siquiera son capaces de sobrevivir. Sus problemas son totalmente diferentes. Están enfermos, tienen hambre, sus hijos no tienen educación, no tienen empleo, no tienen tierras, ni alimentos, ni cobijo; ¿y tú les estás hablando del nuevo hombre? No están interesados; no es su problema.
Pero si hablo del nuevo hombre en América me asesinarán inmediatamente, seré encarcelado. No me tolerarán, porque eso significa peligro para todo el estilo de vida americano.
El estilo de vida americano depende de la ambición, y mi nuevo hombre tiene que carecer totalmente de ambiciones. El punto de vista americano es que hay que mejorar las cosas, se debería hacer todo mejor. No importa dónde va a llevar esto, pero todo tiene que ser mejor, cada vez mejor. Están obsesionados con la idea de mejorarlo todo. Tienes que tener mayor velocidad, mejores máquinas, mejor tecnología, mejores vías del tren, mejores carreteras; ¡todo mejor! Por supuesto, del mismo modo, necesitas un hombre mejor. Encaja con todo el estilo de vida americano. También se piensa que el hombre es una mercancía. Igual que necesitas mejores vacas, mejores perros, mejores coches y mejores aviones, ¡también necesitas un hombre mejor! No hay diferencia, es la misma lógica.
Estoy hablando del nuevo hombre. El nuevo hombre no es necesariamente un hombre mejor. Estará más vivo, será más feliz, estará más alerta, pero, ¿quién sabe si será mejor o no? Desde el punto de vista de los políticos no será mejor, porque no va a ser un mejor soldado; no estará dispuesto a ser un soldado en absoluto. No será competitivo y toda la economía competitiva colapsará. No le interesará acumular trastos, y la economía depende de eso. Todas tus agencias publicitarias están metiéndote en la cabeza la idea de acumular cada vez más cosas.
El nuevo hombre tendrá una visión de la vida totalmente diferente. Vivirá de un modo más amoroso, porque para él el amor es riqueza. Sabrá que el dinero no puede comprar amor o alegría. Sabrá que el dinero es una herramienta, no el objetivo de la vida.
El sistema americano se basa en hacer mejor las cosas. «¡Hazlo mejor!», no importa lo que estés haciendo. «Si estás matando gente, ¡sé el mejor!» Podéis ver lo que ha sucedido en Hiroshima y Nagasaki: América realmente lo hizo mejor que nadie hasta entonces. «¡Llegar a la luna!», nadie pregunta por qué. Si preguntas por qué, estás loco; no se hacen esas preguntas. Lo único que vale la pena preguntar es: «¿Cómo llegar a la luna antes que nadie? Derrota a los rusos. El primero que camine sobre la luna deberá ser un americano.» ¿Para qué? Ese no es el asunto. En lo que a mí se refiere, no le puedo ver el sentido. ¡Un americano sobre la luna me parece tan ridículo! Pero esa es su manera de pensar, su filosofía: «¡Aunque tengas aspecto de tonto, tenlo mejor que los demás. Supérales a todos!»
Mi nuevo hombre significa el final del viejo mundo. ¿Por qué está desacreditado el nuevo hombre? Siempre ha estado desacreditado. Jesús fue asesinado por estar hablando del nuevo hombre, no de un hombre mejor. Jesús le dijo a Nicodemo: «A menos que renazcas no entrarás en el reino de los Dios.» Jesús insistió que primero tienes que morir al pasado, sólo entonces puede surgir en ti una nueva conciencia. Él fue crucificado. Sócrates estaba hablando acerca del nuevo hombre, recuerda. ¿Por qué unas personas tan cultas se volvieron tan animales, tan bárbaros como para matar a un hombre como Sócrates? Él estaba hablando del nuevo hombre. Si hubiera hablado acerca de un hombre mejor le habrían adorado.
Los que han hablado acerca de un hombre mejor siempre han sido adorados, porque están diciendo que el pasado es hermoso pero que puede ser embellecido. No están en contra del pasado, no están en contra de las convenciones, no están en contra de las tradiciones; están totalmente a favor. La tradición tiene que ser el cimiento, y sobre esos cimientos puedes levantar un templo mejor, una casa mejor.
Hablar sobre el nuevo hombre es peligroso. Un nuevo hombre significa cortar completamente con el pasado, interrumpiendo, desarraigándote totalmente del pasado, muriendo al pasado y viviendo el presente. Y a los viejos hábitos les cuesta morir. Nos hemos acostumbrado a oír hablar de un hombre mejor; se nos ha metido hasta en la circulación de la sangre. Cada santo, cada mahatma habla acerca del hombre mejor; es su deber, ya lo sabemos. ¿Pero acerca del nuevo hombre? Entonces nos da miedo. Trae algo completamente nuevo; nos lleva al territorio de lo desconocido, está tratando de desarraigarnos de lo conocido. Hemos vivido durante miles de años de una manera determinada; estamos condicionados por esto, somos parte de esto. Sólo muy poca gente consigue salirse. Por eso mi mensaje está destinado a unos pocos escogidos.
Recuerda, los viejos hábitos tardan en morir; y nuestras religiones, nuestras filosofías son muy antiguas, nuestros estilos de vida son muy antiguos. Y yo estoy por lo nuevo. Pensamos que lo viejo es oro, ¡pero yo digo que lo viejo es sólo basura! Estoy de acuerdo con Henry Ford en que la historia es una basura. ¡Es todo mentira! Tenemos que liberar al hombre de todo lo que ha sucedido antes y tenemos que liberarlo totalmente, absolutamente, categóricamente.
-Mamá, ¿por qué te casaste con papá?
-¡Ah! -replicó la madre-. ¡Entonces tú también te lo preguntas!
-¿Nos conocimos en Texas?
-Nunca he estado en Texas.
-Ni yo tampoco. Supongo que han debido ser otras dos personas.
Esos borrachos, esos inconscientes han estado dominando a toda la humanidad. Locos y borrachos; ellos han sido nuestros factores de decisión en el pasado. Nunca hemos escuchado a los iluminados. Los iluminados no pueden hablar acerca de mejorar al hombre. Es como decirle a una persona enferma: «Te daré medicina para mejorar tu enfermedad.» La persona enferma no quiere que su enfermedad mejore; quiere librarse de ella, quiere estar sano.
jueves, 14 de febrero de 2008
HOY, QUE ES EL AMOR?
“La verdad no peca, pero incomoda.”
Este día, debería ser un llamado explosivo a la reflexión, meditación y análisis, de nuestra frágil y corta existencia. Pero solo es un vulgar mercado de compraventa, conveniencias y detalles hipócritas.
Festejar el amor y la amistad un día al año, debería darnos vergüenza.
Probablemente, muchos ni estén enterados del origen de este día. Pero al igual que los grande movimientos sociales, es mejor seguirlos, que pensarlos. Por ello hay tantos locos fanáticos y defensores, de ideas e ideologías, que ni siquiera conocen.
El SER, es amor. La amistad, es la convivencia humana desde que nacemos.
Nadie tiene enemigos cuando nace, somos amigos de todos, y amamos a todos.
Esta pseudo civilización, ha producido una sociedad caótica. Y ha hecho que nosotros mismos, forjemos día a día nuestros enemigos, en el trabajo, en la escuela, con los vecinos, con la vida.
Pareciera ser que todos tenemos algo que decir en negativo de quienes nos rodean.
Hoy, “AL AMOR Y A LA AMISTAD” hoy lo queremos fetejar, disimular, disfrazar, igual que un carnaval. (Abel Desestress)
QUE ES EL AMOR…?
El amor es un estado, un proceso.
El estado de amor mas elevado, NO es en absoluto el de una relación afectiva, llámese padres, hijos o pareja.
Es simplemente un estado que pertenece a tu Ser.
De la misma forma que los árboles son verdes, El que siente Amor, ama.
Los árboles no son verdes para unas personas determinadas;
No es que cuando tú llegues, ellos se vuelvan verdes.
La flor continúa difundiendo su fragancia tanto si alguien se le acerca, como si no, tanto si alguien la aprecia como si no.
La flor no empieza a liberar su fragancia cuando se da cuenta
Que alguien se acerca, ya sea este un poeta o un carpintero
No. La flor continúa extendiendo su fragancia siempre,
Porque ese es su estado de vida, de existencia El amor es un estado,
Un proceso continúo de evolución
Es un estado que todos debemos conocer y gozar día a día
El amor no puede depender de una relación afectiva con alguien
El amor no puede conocerse a través de alguien, mucho menos para alguien
El amor es tu existencia, es tu vida y tu muerte, es tu alegría y tristeza
Es tu soledad o compañía. El amor mas grande es el que se ama, a si mismo.
Porque entonces puede dar amor, respeto y crecimiento a todos
No importa que grado de relación tengan los demás con nosotros,
Se ama, como se vive, se entrega como si fuese lo último que se hiciera.
El amor no lleva papeles, ni contratos, ni promesas, ni siquiera sexo
El amor solo lleva la pureza de ser alguien, de existir. Y Ser amor todo el tiempo, no solo en ocasiones, no solo por conveniencias, no en elecciones, no por dinero. Nada que se relacione a lo material, se acerca al amor,
Porque el amor eres tú. No se puede dar lo que no se tiene
Así es que, si no eres amor, como puedes saber y decir que amas
Mucho menos que conoces al amor, el amor es un estado,
NO una relación con nadie.
El amor es el único milagro. El amor es la escalera del infierno al cielo. Habiendo aprendido a amar, lo has aprendido todo. Si no has aprendido a amar, has desperdiciado toda tu vida.
Este amor está aguardando dentro de ti. No tiene prisa: puede esperar y tú morir.
El nacer no está en tus manos. Tú naciste y nadie te había preguntado, no se te había solicitado permiso alguno; ni siquiera se te preguntó dónde querrías nacer y qué querrías ser. Te encontraste en medio de la vida; te encontraste aquí. No pudiste elegir nacer… ni morir. Un día, de repente, la muerte llegará sin ni siquiera avisarte. Y la muerte no esperará ni tan sólo un instante. Uno nace, muere… nacimiento y muerte no están en tus manos; no puedes hacer nada al respecto. Entre tu nacimiento y tu muerte solamente hay una cosa que puedes hacer: ser amor y amar.
Osho.
miércoles, 13 de febrero de 2008
Pregunta: ¿Qué es la envidia y por qué duele tanto?
Si al despertar no sonries, y no hay felicidad en tu corazon. Siempre habra una puerta abierta, donde la envidia, estara pendiente de quienes, si lo son. (Abel Desetress)
Envidiar es comparar. Y hemos sido enseñados a comparar, hemos sido condicionados para comparar, siempre comparar. Alguien tiene una mejor casa, alguien tiene un mejor cuerpo, alguien tiene más dinero, alguien tiene una personalidad carismática. Comparar, sigue comparándote a ti mismo con todos los que pasan y la envidia aparecerá; es el acondicionamiento de la comparación por el producto.
Por otra parte, si dejas de comparar, la envidia desaparece, entonces tu simplemente, sabes que tú eres tú y nadie más y no existe la necesidad. Es bueno que no te compares con los árboles, si no, vas a sentir mucha envidia— ¿por qué no fuiste verde? ¿Y por qué Dios es duro contigo y no con las flores? Es mejor que tú no te compares con los pájaros, los ríos, las montañas porque sufrirás. Sólo te comparas con seres humanos porque has sido condicionado para compararte con otros seres humanos; no te comparas con pavos reales o loros. Ahí si que estarías celoso cada vez más: estarías tan celoso que simplemente no podrías vivir.
La comparación es una actitud muy tonta, pues cada persona es única e incomparable. Una vez que comprendes eso, la envidia desaparece. Cada ser es único, incomparable. Tú eres sólo tú: nadie ha sido jamás como tú, y nadie jamás lo será. Y no necesitas ser como otro.
Dios sólo crea originales; no crea copias.
Un grupo de pollos y gallinas estaba en el patio cuando una pelota de fútbol voló sobre la cerca y cayó en el centro. Un gallo observó, balanceándose la estudió y luego dijo “ No me estoy quejando chicas, pero miren el resultado del trabajo de los vecinos”
En casa de los vecinos, grandes cosas suceden: el pasto es más verde, las rosas son más rosadas. Todos parecen tan felices –excepto tú. Siempre comparándote. Y el caso es el mismo con los otros, se están comparando también. Quizás están pensando que el pasto es más verde en tu césped –siempre parece más verde a la distancia-- que tu esposa es más bonita, ... Tú estás cansado, no puedes entender como te permites a ti mismo estar atrapado con esta mujer, no sabes como deshacerte de ella— ¡y el vecino tiene envidia de ti por tener una esposa tan linda! Y tal vez tú estás celoso de él...
Todos sienten envidia de los demás y por eso creamos un infierno y nos convertimos en malas personas
Un viejo granjero estaba enojado mirando los daños de la inundación. “Hiram” gritó el vecino” todos tus cerdos se desbarrancaron por el arroyo”.
“¿ y los cerdos de Thompson?” preguntó el granjero.
“También se fueron”.
“¿y los de Larsen?”
“Sí”.
“¡Mmn! Soltó el granjero, contento “no es tan malo como pensé”
Si en todas partes hay miseria, se siente mejor; si todos están perdiendo, se siente bien. Si todos están felices y exitosos, hay un dejo de amargura.
Pero ¿por qué la idea de los otros entra en tu cabeza, en primer lugar?
Nuevamente déjenme recordarles que es: porque no dejan que sus propios juicios fluyan; no dejan que su propia felicidad crezca, no han permitido a su propio proceder. Por eso se sienten vacíos y miran a todos y cada uno afuera, porque sólo pueden ver lo de afuera
Tú conoces tu interior y así conoces a los demás; exteriormente, eso genera envidia. Ellos te conocen exteriormente y saben cuál es su propio interior— eso genera envidia. Nadie más conoce tu interior. Entonces tú sabes que no eres nada, que no vales nada. Y los otros, afuera, se ven sonrientes. Sus miradas pueden ser falsas, pero, ¿cómo sabes que son falsas? Quizá sus corazones están muy sonrientes. Sabes que tu sonrisa es falsa porque tu corazón no sonríe del todo, talvez está llorando y sollozando.
Tú conoces tu interior y sólo tú lo conoces, nadie más. Y conoces el exterior de todo el mundo y en el exterior la gente lo hace bonito. El exterior son sólo piezas de un espectáculo y es decepcionante.
Hay una antigua historia sufí.
Un hombre estaba muy agobiado con su sufrimiento. El rezaba cada día a Dios “¿Por qué yo? Todos parecen tan felices, por qué soy el único que sufre.” Un día fuera de sí por la desesperación, rezó a Dios, “Puedes darme el sufrimiento de cualquiera y lo aceptaré, pero toma el mío, ya no lo soporto más”
Esa noche tuvo un hermoso sueño --hermoso y muy revelador. Soñó que Dios se le aparecía en el cielo y les dijo a todos: “pongan todos sus sufrimientos dentro del templo” Todos estaban cansados de su sufrimiento. De hecho todos han rezado alguna vez “Puedo aceptar el sufrimiento de cualquier persona, pero llévate el mío; esto es demasiado, es insoportable”.
Así, todos juntaron sus sufrimientos en una bolsa y llegaron al templo, se veían felices; el día había llegado, sus plegarias habían sido escuchadas. Y este hombre también se apresuró al templo.
Y Dios dijo “pongan sus bolsas en las murallas” y eso hicieron y entonces Dios declaró. “Ahora puede cada uno escoger tomar cualquier bolsa”.
Y lo más sorprendente fue esto: que el hombre que había rezando siempre ¡corrió hacia su bolsa para que nadie la tomara! Pero él tuvo una sorpresa porque cada uno tomó su propia bolsa y todos estaban contentos de elegir de nuevo ¿Qué pasó? Por primera vez cada uno vio las miserias ajenas -- ¡sus sufrimientos eran iguales o más grandes!
El segundo problema era que uno se acostumbra a los sufrimientos propios. Ahora, elegir los de otro --¿quién sabe que sufrimientos habría en otra bolsa, por lo menos uno está familiarizado con sus propios sufrimientos, se ha acostumbrado a ellos --¿para qué elegir uno desconocido?.
Y todos se fueron a casa felices. Nada había cambiado, estaban devolviéndose con el mismo sufrimiento, pero todos estaban contentos, sonrientes y alegres porque pudieron llevarse su propia bolsa devuelta.
En la mañana él rezó a Dios y dijo:” Gracias por el sueño, nunca te pediré eso de nuevo. Lo que sea que me hayas dado, es bueno para mí; por eso me lo has dado”.
Por los celos están en constante sufrimiento; se han vuelto malvados con los otros. Y por los celos tú comienzas a ser falso, porque comienzas a pretender, comienzas a simular cosas que no son, empiezas a pretender cosas que no puedes, que no son naturales para ti. Llegas a ser más y más artificial. Imitando a otros, compitiendo con otros ¿qué más puede hacerse? Si alguien tiene algo que tu no tienes y no tienes la posibilidad natural de tenerlo, la única forma es tener un sustituto barato.
Escuché que Jim y Nancy Smith tuvieron una gran temporada en Europa este verano. Es tan bueno cuando una pareja tiene la oportunidad de vivir la vida. Ellos fueron a todas partes e hicieron todo. Paris, Roma... nómbralo, ellos lo vieron e hicieron todo.
Pero fue tan molesto cuando al regresar a casa, pasaron por la Aduana, Uds. saben como los oficiales de Aduana escudriñan las pertenencias. Abrieron una bolsa y sacaron tres pelucas, ropa íntima de seda, perfume, tintura para el pelo... realmente molesto. ¡Y era sólo la maleta de Jim!
Sólo mira dentro de tu valija y encontrarás muchas cosas artificiales y falsas ¿para qué? ¿por qué no puedes ser natural y espontáneo? Por los celos.
El celoso vive en un infierno. Elimina la comparación y los celos desaparecerán, la maldad desaparecerá, la falsedad desaparecerá. Pero sólo los puedes eliminar si empiezas a hacer crecer tus tesoros internos; no hay otra forma.
Madura, conviértete en un individuo más y más auténtico. Ámate y respétate de la forma que Dios te hizo e inmediatamente las puertas del cielo se abrirán para ti. Estuvieron siempre abiertas, simplemente no te habías fijado.
Osho: